Manejo nutricional del caballo de concurso

Por Fernando Molina Alén

Vicepresidente AECCPRE

Consejo de redacción de extremaduraPRE

Antes de entrar en materia es conveniente aproximarnos al término entrenamiento desde una perspectiva muy global. En este sentido hay que comprender que el entrenamiento supone un proceso de cambios destinados a estimular los mecanismos fisiológicos de un organismo; buscando favorecer el desarrollo de diferentes capacidades y cualidades dirigidas desde una planificación con el objetivo de alcanzar metas secuenciadas. Evidentemente hablamos de algo muy complejo, donde además los efectos del propio entrenamiento no son ni inmediatos, ni permanentes.

Existen muchos principios sobre los que se asientan las bases del entrenamiento deportivo moderno pero lamentablemente no son el objetivo central de este artículo. Por otro lado resulta imposible no citar algunos de los fundamentos básicos más relevantes al referirnos, con cierto rigor, a lo que se establece como entrenamiento y a su verificación científica.
Desde mi punto de vista los principios fundamentales para determinar la mejora y el rendimiento deben centrarse al menos en adaptar nuestro plan bajo los siguientes principios de la fisiología del esfuerzo:

a) Principio de sobrecarga.
b) Principio de progresión.
c) Principio de recuperación.
d) Principio de reversibilidad.
e) Principio de especificidad.
f) Principio de individualidad.
g) Principio de periodización.

El desarrollo de la ciencia y la tecnología tanto como de la genética, están dando grandes pasos en la transformación de los nuevos modelos planificativos de los concursos ecuestres.
En lo que no hay duda es que entrenar es un “proceso continuo de trabajo” que pretende la mejora de las cualidades físicas y psíquicas para incrementar el rendimiento. Existe pues un proceso sistemático y planificado donde poco se deja a la improvisación.

Alimentación del caballo en entrenamiento

Se hace imprescindible matizar algo muy sencillo sobre el concepto entrenamiento. En nuestro caso un caballo que entrena será aquel animal que desarrolla un trabajo extra, con relación a cualquier otro cuyo metabolismo está dedicado únicamente al sostén de sus funciones vitales, independientemente de su edad, sexo, etc. Realizar un trabajo lleva implícito un gasto energético procedente de la alimentación. Según Pagan (1992) las reservas de un caballo de 500kg están compuestas por los triglicéridos de los tejidos adiposos (40.000g) y muscular ( 1400-2800g) y el glucógeno del tejido muscular ( 3150-4000g) y el hepático (90-220g). Una correcta alimentación posibilitará al caballo afrontar los entrenamientos para llevarlo a un alto nivel, además de llegar a las competiciones y/o concursos en un buen estado de preparación que le permita desarrollar importantes niveles de esfuerzo físico.

Manejar todos estos parámetros resulta bastante difícil, anteriormente ya hemos hablado del sistema digestivo de los caballos a lo que se añaden otras complicaciones que las veremos de lejos; son necesarias grandes cantidades de energía en cortos periodos de tiempos en nuestro día a día, bajo la regla entrenamientos-descansos y competición.

No es fácil encontrar el punto de equilibrio, entre la energía que el caballo consume en cada momento y la que ingiere. En el fondo está el fantasma de los cólicos a lo que se añade la visión a medio-largo plazo, si gasta más energía de la que come adelgazará y rendirá menos pero si come más de la que gasta engordará que tampoco es adecuado. “Un caballo de concurso precisa una dieta específica adaptada a su trabajo y características propias.”

Debemos entender que un caballo de concurso tiene unas exigencias derivadas de la actividad a la que vamos a orientar su futuro. Por eso la transposición de este planteamiento nos lleva a compararlo con un “deportista de élite” (salvando las distancias), esto significa orientar su futuro de cara a obtener unos resultados planificados. Este rendimiento que buscamos precisará de unos requerimientos nutricionales concretos, así como una serie de tratamientos, cuidados y rutinas específicas como consecuencias de todo esto.

No podremos mantener un alto nivel de entrenamiento sin este enfoque y sin una alimentación ajustada al entrenamiento en cuestión. Hay algunos parámetros fisiológicos muy generales que conviene recordar, así pues podemos decir que durante una prueba se producen unas necesidades energéticas al desarrollar un esfuerzo. Esta demanda es sufragada por la oxidación de ATP., adenosín trifosfato. En otras palabras, el caballo extrae la energía de sus reservas que a su vez dependerán de su alimentación. Cuando se consume esta energía, existen dos caminos para recuperarla: la glucosa y la grasa.

Por dar una idea sencilla se establece que la obtención de la energía se realiza por la oxidación del ATP. Tendremos dos vías para la obtención de ATP, una es la fosforilación oxidativa, en la que intervienen lípidos e hidratos de carbono con presencia de oxígeno, y  por otro lado la glucólisis, donde se hidroliza el glucógeno y tendremos ácido láctico proveniente de la degradación de la glucosa por vía aeróbica, de aquí la importancia en la aportación nutricional como base de toda esta cadena bioquímica.

La primera regla es que un caballo con una dieta incorrecta, tiene mucho más difícil, sino imposible, llegar a grandes resultados deportivos-competitivos.

Hay algunos parámetros comunes de la alimentación de cualquier caballo, en este sentido insisto sobre que la base de una buena nutrición debe sentarse en aportar un mínimo de 1,2% de su peso corporal en forraje, como por ejemplo heno, o si este está acostumbrado a una combinación de paja y alfalfa en rama. Con esto pasamos a la elección de un pienso o una combinación de cereales con el nivel apropiado de energía y nutrientes, según la energía consumida en la actividad a realizar.

Es bueno establecer un punto de partida sobre el que cada uno irá comprobando los ajustes necesarios según los casos particulares. Por fijar un criterio se puede decir que una cantidad razonable de pienso se situaría en un 0,8% del peso corporal del caballo. Para superar el 1% del peso corporal es conveniente hacerlo bajo la supervisión de un profesional. Someter a un caballo a las exigencias de un calendario de “concursos” nos obliga a planificar concienzudamente su alimentación en los período de más actividad y consumo, junto con los de reposo y/o descanso activo. Según las competiciones y las clasificaciones unos caballos tendrán una previsión sobre su alimentación conforme a si se clasifican o no en cada una de las mismas ( calendario nacional, internacional, etc.).

Con todo esto se nos hace necesario manejar muy bien las fuentes nutricionales de la alimentación equina:

1) La fibra que proporciona una base de energía “tranquila”.
2) El aceite que nos proporciona energía tranquila para largas distancias.
3) El almidón está presente en los cereales y aporta un tipo de energía explosiva de corta distancia.

Todas las raciones alimenticias van a variar las proporciones de estas tres fuentes energéticas, el secreto estará en conjugarlas de la forma más eficiente según las circunstancias, siendo la fibra la que mayor proporción tendrá con el objetivo de evitar trastornos digestivos. La proporcionalidad va a cambiar según el tipo de trabajo que desarrolla el caballo y según el carácter del mismo.

Un caballo pesado de carácter linfático que cueste más emplearlo en el trabajo va a requerir algo más de cereales que le aporten más almidón con algo más de chispa y al contrario si el caballo es más ligero y/o algo asustadizo ya tiende a excitarse por si solo con forme a su naturaleza por lo que es más recomendable aportar la energía de las fibras y los aceites.

Tabla de materias primas típicas y la relación con sus fuentes energéticas:

AlimentoFuente energéticaTipo de energía y comentarios sobre los nutrientes que proporciona
AvenaAlmidónRápida-Chispa-falta proteína de calidad
CebadaAlmidónRápida-Chispa-falta proteína de calidad
Heno de pradoFibraLenta-Larga distancia-Bajo nivel de nutrientes
Alfalfa en ramaFibraLenta-proporciona calcio y proteína
MaízAlmidónRápida- Chispa-falta proteína de calidad-cierto peligro de que pueda aparecer moho
SojaFibra y AceiteEnergía para distancia
RemolachaFibraEnergía para distancia

El tipo de actividad que un caballo desarrolla en la prueba de concurso, es determinadamente para activar una fuente endógena de obtención de la energía necesaria para sufragar la demanda provocada durante el esfuerzo. En este sentido cada tipo de trabajo recupera y obtiene mejor la energía según las necesidades concretas.
Por ejemplo, un caballo de salto desempeña un trabajo de tipo anaérobico con momentos compensados puntualmente con tramos aeróbicos. Por lo general son esfuerzos de corta duración pero con un alto impacto en la implicación muscular. El tipo de calentamiento es de unos 25-35 min y después ejecutar un recorrido que supera el minuto. Este tipo de concursos viene abarcando unos 3-4 días seguidos y el mayor esfuerzo se exige al terminar el concurso para disfrutar la final.

Por instaurar un paralelismo comparativo un caballo de doma clásica desarrolla un tipo de esfuerzo mucho más aeróbico sin tanta carga “explosiva” de energía, aunque en los niveles más altos de competición las reprises de doma exijan un gran componente de fuerza. Los requerimientos energéticos de algunos ejercicios muy comprometidos muscularmente como son piafé, passage, cambios de pie, piruetas etc. están todo seguido y van a causar una demanda importante que provocará fatiga al aumentar la concentración de lactato en la prueba. Todo esto tiene que estar previsto de cara al propio desarrollo muscular así como al de la alimentación.

Cada uno de estos caballos realiza un trabajo diario muy distinto, no solo por el consumo energético de la competición sino por los diferentes métodos de entrenamiento para alcanzar la óptima forma deportiva. Cada entrenador debe calcular el gasto calórico diario conforme al trabajo que va a desarrollar durante el momento de la temporada. No es lo mismo salir a trabajar al campo, que hacer cuestas, ni salir al caminador que entrenar en una pista. A esto se suman aspectos como edad, temperamento, tamaño, etc. que hacen variar el gasto calórico de cada caballo.

Por no hablar de los cambios de cuadra, transporte, etc. Muchas veces el secreto del éxito está en manejar todas las variables correctamente, junto al mejor entrenamiento está la mejor alimentación posible.

Ejemplo de dieta de caballo de deporte al principio de su carrera deportiva:

Materia PrimaCantidadPapel en la dieta
Forraje-Heno de PradoMínimo 7 Kg.Fuente de fibra
Forraje-Alfalfa en rama2 Kg.Prevención de úlceras y fuente de minerales
Avena2 – 3 Kg.Fuente de energía (almidón)
Pienso de tipo Equilibrador*1 – 1,5 Kg.Fuente de nutrientes
Sal Gorda2 cucharadas soperasElectrolitos básicos
Aceite de Girasol2 cucharadas soperasAyuda para el pelo
Aceite4%Proteína17%Fibra9%Almidón21%Energía12,3 Mj/Kg.Vit. A30000 u/Kg.Vit. D5000 iu/Kg.Vit. E500 iu/Kg.

Los ajustes en la dieta de los caballos de concurso

Ya ha quedado claro que el calendario de competiciones determina la planificación del entrenamiento de un caballo como el de cualquier atleta. Esto también repercute en nuestro jinete y/o presentador. De un lado para conocer y ajustar las necesidades del animal como para exigirse a sí mismo una planificación personal de su preparación, acorde a todo esto.
Como norma general al comenzar la temporada arrancaremos con una dieta básica. En los niveles inferiores muchas veces esta dieta experimenta pocos cambios pero en la competición de cierto nivel como en la alta competición se van haciendo cambios según los diferentes períodos del ciclo.

Posteriormente daré unos puntos más concretos sobre la dosificación de la energía pero ahora es suficiente con señalar que según avanza la temporada las necesidades del entrenamiento y de los concursos también aumentan a lo que se suma la acumulación de cierta fatiga que debemos compensar. “No habría entrenamiento efectivo si el trabajo no desemboca en una cierta acumulación racional de fatiga y la súpercompensación de la misma, al dosificar el aumento paulatino del esfuerzo junto al descanso y el aporte energético adecuado”.

En este sentido al acercarnos a los concursos territoriales y primeros nacionales, para buscar las clasificaciones más exigentes, iremos aumentando paulatinamente la aportación de energía estando ligeramente por encima del proceso inicial, lo que sería un nivel medio y progresivo, para aumentar cada día un poco más en los diez días sucesivos al concurso. Una vez disputado el concurso volveremos a reducir hasta niveles medios y esto lo hacemos en los cinco días posteriores a la competición, hasta que vuelva la próxima cita de competición mantenemos los niveles medios y un poco más si el entrenamiento es más intenso también, sin llegar a los niveles de competición real donde volveremos a suministrar el aumento en los diez días previos que ya hemos visto.

Para los caballos que pierden peso en los concursos se puede aumentar un poco la ración de heno y repartir medio kilo más de pienso en dos tomas a la que añadiremos un poco de aceite, esto lo trataré más completo posteriormente. Es muy importante para la salud del caballo que manejemos este protocolo de forma efectiva, sin improvisar “nadie conoce mejor a nuestro animal que nosotros mismos” por lo que no es aconsejable introducir alimentos desconocidos por emergencias ni suplementos milagrosos que puedan causar efectos no deseados e incluso dar doping.

Durante la época de competición hay quienes utilizan dos tipos de piensos uno digamos un poco “más fuerte” y otro más “suave”, esto nos permite subir y bajar la aportación de los mismos para controlar el balance final de almidón que suministramos. Además en los períodos de descanso así como en las que el caballo deba estar parado, por algún motivo, se reduce su ración diaria a la mitad del pienso más ligero y se aporta todo el heno que pueda comer, sobre esto concluiremos con una regla muy sencilla en los días de descanso “día libre”, hay que reducir la ración de grano o pienso que reciben al 50%. Una regla que también es aplicable a los días en que los caballos viajan.

Esta reducción en la carga de pienso es directamente proporcional al riesgo de sufrir un cólico u otras patologías relacionadas con el sistema digestivo. Es muy útil aportar el heno en redes que les entretiene y además mantiene la sensación de estar saciado durante más tiempo a lo largo del día.
Nos quedaría hacer una reflexión sobre el aporte vitamínico recomendado para las dietas de caballos de deporte, para los que os propongo revisar los artículos anteriores sobre los suplementos en la dieta del caballo de esta revista, pero si os quiero dar un apunte, las ditas de estos “caballos de concursos” son relativamente más altas en vitaminas y minerales. Sin los nutrientes apropiados perderían la capacidad de desarrollar la musculatura para hacer esfuerzos máximos imprescindibles para ciertos ejercicios. No hace falta recordar que la fuerza es igual a la masa por la aceleración (F = m x a), aumentar la fuerza es tanto como decir que necesitamos aumentar la masa.

Lógicamente el trabajo es determinante para conseguir esto pues sólo comiendo no se conseguiría un óptimo nivel de crecimiento muscular, estar más gordo no significa estar más fuerte. Ahora bien el trabajo estimulará el crecimiento muscular siempre que les aportemos los nutrientes necesarios, sin una fuente de proteínas de calidad, en combinación con las vitaminas y minerales adecuados nuestro caballo no conseguirá el objetivo, alejándose de un óptimo estado de forma y poniendo en riesgo los objetivos trazados e incluso su salud. Para esto hay profesionales que pueden aportar información muy valiosa con pruebas de sangre al inicio de la temporada y unos 20 días antes de los concursos.
Nuestro veterinario nos chequeará los niveles de glóbulos rojos, las defensas, nivel de estrés,… cómo se hace con cualquier deportista de alto nivel, esto es importante por si nuestro caballo desciende su rendimiento en competición y tenemos que actuar en consecuencia.

Ejemplo de dieta de caballo con carácter nervioso:

Materia PrimaCantidadPapel en la dieta
Forraje-Heno de PradoMínimo 5Kg.Fuente de fibra
Forraje-Alfalfa en rama2 Kg.Prevención de úlceras y fuente de calcio
Ensilado Equino4 Kg.Energía fría y Prevención de deshidratación
Pienso controlado en almidón (menos de 20%)4 – 6Kg.Fuente de energía (Superfibras)
Sal Gorda3 cucharadas soperasElectrolitos básicos
Aceite de Girasol6 cucharadas soperasFuente de energía fría
Aceite5%Proteína12%Fibra19%Almidón12%Energía11 Mj/Kg.Vit. A11000 u/Kg.Vit. D1500 iu/Kg.Vit. E300 iu/Kg.

La dieta de un caballo con un carácter tranquilo es más fácil de ajustar por ello os he propuesto el del ejemplo anterior que es más didáctico y podemos sacar más conclusiones.

Alimentación vs ejercicio físico

Aquí os dejo algunas consideraciones sobre esta relación determinante en el rendimiento deportivo, una buena nutrición ayudará al caballo a desarrollar mejor los esfuerzos propios de la modalidad donde concursa. También es un punto a favor para soportar las temporadas largas de competición tanto a la hora de asimilar las cargas, como de recuperar el estado óptimo de forma para seguir mejorando.
Alimentar bien a nuestro caballo no significa que por solo esto el caballo pueda mejorar sus “capacidades” sin entrenar tanto él como su jinete.
Una mala alimentación, pobre o inadecuada puede imponer límites muy peligrosos de cara a la capacidad funcional de un animal.

Los caballos son fundamentalmente herbívoros no rumiantes por eso están satisfechos comiendo dietas ricas en fibra, debido a la constante fermentación microbiana dentro del ciego y del colon. Un caballo tras un programa ( de entrenamiento) extenuante o después de una competición que se desarrolla en varios días, deberá tener suficientes reservas para continuar activo al máximo nivel. Esto significa, primero estar sano y segundo a pleno rendimiento en todas las fases de su adiestramiento. Lo que es lo mismo que orientar su actividad y su alimentación conjuntamente. Su vitalidad dependerá directamente del apropiado suministro de la energía y de la dosificación de esta en los diferentes esfuerzos.

El suministro de la energía resulta crucial en todas las fases del desarrollo de un animal pero aún es mucho más determinante cuando está en juego el factor rendimiento deportivo. Si alimentamos a un caballo con menos energía de la necesaria tendremos muchos problemas desde su crecimiento, sus lesiones etc. hasta su carácter y capacidad vital para afrontar el día a día. No solo es que perderá peso sino que estará poco dispuesto a la actividad, se volverá apático, aletargado e incluso enfermará por no hablar del rechazo al ejercicio con conductas peligrosas.
Y si es alimentado con demasiada energía o fuentes energéticas inadecuadas se pondrá hiperactivo, demasiado impulsivo, ganará tensión o enfermará, además de complicar su doma como su manejo.
La energía química de los nutrientes tiene que ser convertida en una energía eficiente que las células puedan utilizar para hacer esfuerzos. Hablamos de energía efectiva o neta. Los diferentes alimentos contienen cantidades muy distintas de esa energía química bruta. Lo realmente importante es saber manipularlas de forma que la conversión en energía utilizable o neta sea la más aprovechable posible, algo que va a depender de muchos factores.

Por ejemplo, los cereales tienen más energía neta que el heno que a su vez contiene el doble de energía neta o utilizable que la paja. En el proceso de digestión el heno produce mucho más calor que los cereales, esto es bueno manejarlo para controlar la temperatura de nuestro caballo de cara a cuestiones como la interperie, el frío, etc. según el clima. Por su parte los aceites vegetales contienen más energía neta que los cereales. Vamos a verlo de forma aplicada con un ejemplo. Si quisiéramos suministrar toda la energía neta que un caballo necesita para entrenar, competir y mantener sus funciones vitales, sólo con la ración diaria a base de heno. Tendríamos que suministrar cantidades muy altos lo que para el caballo sería imposible de consumir. Ahora si lo hacemos aportando algo de cereales que aportan más del doble de la energía neta ( utilizable) que el heno, como parte de la dieta, esto sería mucho más real.

Si además de los cereales, aportamos una adecuada cantidad de aceite, esto nos ayudará a mantener su buen apetito. Conseguir el balance adecuado con menos volumen no solo aligeran el sistema digestivo sino que aminora el “peso muerto” para emplearse mejor en las pruebas. Esto tiene su óptimo grado de equilibrio y no puede llevarse a niveles extremos, se trata de suministrar las proporciones adecuadas de fibra. Aportar aceites nos ayuda a reducir cereales y almidón, tomando algo más de fibra que a su vez libera la creación del ácido láctico que no solo es un limitador del ejercicio sino que es un causante de transtornos digestivos y metabólicos.

Los aceites esenciales

Una dieta suplementada con aceites puede ayudarnos con el comportamiento del caballo frente a la dietas altas en almidón, no solo a estar más calmado al liberarse la energía más lentamente sino que ademas algunos caballos pierden el apetito con el trabajo intenso así como con el estrés de la competición; justo cuando más necesitan la energía. El aceite de la dieta convierte la energía de una forma más eficaz que el heno y los cereales. Así reducimos la carga de calor sobre el caballo, lo que es particularmente útil bajo condiciones de calor y humedad elevadas.Cuatro formas de suministrar el aceite en la dieta:
A) Con piensos suplementados con aceite en fábrica. Así están más equilibradas las proporciones de proteínas, vitaminas y minerales que cuando los alimentamos a base de forrajes.
B) Alimentación suplementada con aceite como con salvado de arroz que también es alto en fibra y bajo enalmidón. Por el contrario tienen la misma desventaja que el salvado de trigo que aunque es rico en vitamina B y E tiene poco aporte en calcio y fósforo.
C) Suplemento con grasa animal, no es recomendable por acusar transitorios digestivos en algunos casos. Además nuestros caballos no la toleran y las rechazan.
D) Los mejores son aceites vegetales como los de maíz y los de soja. También lo de semillas.

Cualquier suplemento de aceite en la comida deberá ser introducida poco a poco, se ha demostrado que los caballos son capaces de asimilar hasta un 20% del aceite suministrado en la dieta, aunque muchos estudios recomiendan aportar un 10% para obtener los mejores beneficios metabólicos. Lo ideal es darles entre el 5% y 8% sobre el total de la dieta.

Para un caballo de 500 Kg. Sería 400 mls diarios divididos en varias tomas y es recomendable hacerlo durante varios meses a este nivel, si luego la actividad disminuye se puede ir bajando también paulatinamente.

• El suplemento de aceite no aporta ninguna proteína adicional, vitamina o mineral, estos deben estar equilibrados según nuestro veterinario o nutrologo tanto en el pienso o en un aporte extra.
• Por último es recomendable añadir vitamina E adicional a la comida por los múltiples beneficios que aporta al caballo. Algunos suplementos de aceite vegetal lo incorporan y la dosis habitual es de 100 unidades internacionales de vitamina E por 100ml de suplemento de aceite añadido a la dieta.

Son muchos los beneficios de los aceites para la salud de los equinos y además existen una gran variedad para la nutrición del caballo según las necesidades específicas. A mi juicio, son tan importantes que debemos conocer bien sus propiedades, así como la concentración de los ácidos grasas omega 3 y omega 6 que aportan, además del “raito de equilibrio” entre ambos. A estos ácidos grasos se les denomina esenciales, ya que no se generan de forma orgánica, sino que hay que añadirlos mediante la suplementación de la dieta.

Los ácidos grasos esenciales omega 3 contribuyen tener una buena condición física general, aumentan las defensas, mejoran la regeneración celular, facilitan la absorción de las vitaminas (A,D,E,K) y disminuyen la inflamación. Además de otros factores como desarrollar un buen pelaje y mejorar la capacidad reproducción entre otras cosas. Dos ácidos omega 3 muy importantes son el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el docosahexaeonico (DHA).

Por su parte, los ácidos grasos omega 6 tiene características similares y actúan también sobre la inflamación lo que es muy interesante para la curación de patologías y los efectos del impacto causado por los entrenamientos como por la competición, sobre la musculatura y otras partes blandas del sistema esquelético.

Concretamente la inclusión de estos aceites al diseñar la dieta de nuestro caballo le aportarán energía fría de larga duración. Esto es: fría, porque no va a suponer una energía que excite negativamente al animal; y de larga duración, porque el trabajo que realice va a necesitar un alto nivel de energía durante un periodo más o menos largo de tiempo.

En contraposición, se encuentra la energía obtenida de los cereales que como hemos visto aportan una energía caliente de corta duración. La aportación de aceites merece dedican un poco más de tiempo en otro futuro artículo.

Otras claves importantes a considerar para manejar la dieta
Os cito otros aspectos importantes a la hora de manejar la dieta.

• Los procesos digestivos básicos ( la degradación enzimática de proteínas, aceites, almidones y azúcares) desarrollados en el intestino delgado del caballo son similares a los de otros animales pero en el caso de los equinos la capacidad para digerir el almidón está más limitada.
• Los cereales como base de la alimentación pueden producir un aumento en la velocidad de vaciamiento del estómago, provocando un movimiento más rápido de digestión y una disminución del almidón absorbido.
• Una proporción del almidón y una variada de fibra van a ser sometidas a fermentación microbiana, principalmente en el intestino grueso, produciendo ácidos grasos volátiles. Estos pueden ser utilizados directamente como energía en forma de “combustible” por las células intestinales, aunque la mayor parte es absorbida y convertida en glucosa o aceite. Esto es menos eficiente que la obtención de la energía de los carbohidratos directamente a través de la glucosa.
• El caballo es un animal que come poco a poco que a desarrollado una gran capacidad para morder, masticar y tragan continuamente pequeñas cantidades de dietas fibrosas durante casi 18 horas al día.
• El caballo tiene un estómago poco elástico y realmente pequeño para su tamaño, con capacidad limitada.
• Cuanto más pequeña sea la cantidad de pienso, menos tardará en vaciar el estómago.
• Cuanto más pequeña sea la cantidad de comida, menor será el tiempo de tránsito por el estómago lo que significa una mayor posibilidad de digerir almidones en el intestino delgado.
• Las tomas pequeñas a base de cereales, no superan la capacidad digestiva de absorber almidon en el intestino delgado.
• Esto significa que habrá menos hidratos de carbono más fácilmente fermentable (especialmente almidón) que alcanzará el intestino grueso reduciendo así las fluctuaciones en la fibra intestinal y la posibilidad de consecuencias adversas como cólicos y/o laminitis.
• Aportar forraje en la dieta hace más natural la alimentación del caballo pues cuando está en libertad mueve su mandíbula 60.000 por día, con movimientos más amplios y largos cuando comen hierba.
Comer heno se parece algo más a este proceso que cuando come cereales o pienso granulado con movimientos más limitados en ciertas zonas de sus dientes y boca, lo que aumenta la posibilidad de desarrollar llagas laterales e intermedias además de acelerar el tiempo de ingestión.
• Un caballo que consume su ración demasiado rápido llegará a aburrirse y esto aumentará los comportamientos y vicios relacionados con la apatía. Es mejor suministrar el alimento en forma que aumenten el tiempo de masticación del mismo.
• Disminuir el contenido de mantendría seca ingerida ayuda a aumentar la eficacia digestiva.
• El cuidado dental es esencial para mantener una óptima masticación y deben tomarse medidas para impedir que los caballos traguen su alimentación de aquí la importancia del aporte de fibra.

No se debe comenzar ningún ejercicio después de una toma grande de pienso que contenga altos niveles de cereales
La glucosa alcanza su punto máximo de alrededor de 1-3 horas una vez terminada la comida y es asociada con una subida de Insulina.

Si usted entrena en el punto máximo, puede observar una disminución de la glucosa en sangre durante las primeras etapas del ejercicio, lo que no es conveniente (el cerebro sólo puede usar la glucosa como combustible) ya que puede retardar la liberación de ácidos libres grasos en la circulación (entonces el caballo tiene que depender del glucógeno almacenado – teniendo como resultado el inicio de la fatiga).

Una gran cantidad de líquido que viene de la sangre circulante, es guardada en el sistema intestinal durante la digestión. Con grandes comidas a base de concentrados, sobre todo en caballos ansiosos o que comen rápidamente, la pérdida de volumen plasmático puede aumentar un 24% dentro de la primera hora después de la comida. Si se entren a en estas condiciones, en realidad se está trabajando un caballo deshidratado. Un estómago lleno puede restringir el espacio disponible para la extensión pulmonar.

Después de una comida, el flujo de sangre es desviado al sistema intestinal para permitir la digestión de los alimentos – esto puede reducir el flujo de sangre para el trabajo de músculos y otros órganos donde puede tener una mejor función. Las exigencias exactas de proteínas para el ejercicio están por determinar, pero probablemente aumenten con el ejercicio y entrenamiento ya que acompañan al desarrollo muscular, a la necesidad de reparación de músculos y a la reposición del nitrógeno perdido en el sudor. Se piensa que una entrada de proteínas en exceso es indeseable ya que la proteína es una fuente de energía ineficaz (y produce mucho calor superfluo).

Un exceso de entrada de proteínas incrementa la necesidad de agua y puede provocar unos altos niveles de urea en la sangre, urea en la orina y amoníaco en las cuadras, lo que puede conducir a alteraciones ácido-básicas durante el ejercicio. Es aconsejable no alimentar con más de 2 g. de proteína/Kg. de peso vivo/día o 3g. proteína cruda digestible/Kg. de peso vivo/día (depende de la digestibilidad de la fuente de proteína). La calidad y cantidad es importante. Es necesario considerar la lisina y posiblemente la treonina como un contenido de la dieta de competición que ejerce activamente sobre el caballo – si usted formula su propia dieta, la soja en forma de harina o en copos es una buena fuente de lisina.

Por último, independiente del nivel de ejercido que realice nuestro caballo es importante aportar electrolitos que ayuden a la hidratación y recuperación de minerales tras la competición.
En definitiva este artículo vuelve a plantearnos la importancia del manejo nutricional de nuestros caballos, tanto para garantizar su salud como para obtener buenos resultados deportivos. Por ello me permito recomendar que reviséis las anteriores publicaciones de esta revista referidas a este asunto.

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