Abuelizar el Mundo

De aquellos días guardo infinidad de recuerdos, pero deseo centrarme en los más luminosos para desnudar el alma de algunas ideas que llevan dando vueltas mucho tiempo en mi cabeza, y que pasada la festividad de todos los santos me permite retomar este blog y compartir mis vivencias con menos nostalgia.

Nunca he querido envejecer, quizás por desconocimiento de las muchas cosas buenas que tiene el hacerse mayor. Se nos prepara muy poco para la etapa más importante de la vida y de repente, un día te ves frente al espejo pensando: ¿De verdad este soy yo? Y sí, sí eres el del espejo. Entonces descubres que los que son tus amigos y que veías “tan mayores” no se distancian tanto de esa imagen del espejo donde nadie nos enseña a mirarnos.

agingman_mirrorEl misterioso manantial del tiempo donde se derrama el cielo, aún nos permite manejar los recuerdos con mediana claridad. Me refiero a este punto de lo vivido con la idea de estar a medio camino del viaje y bajo el símil de la botella…la puedes ver medio llena o medio vacía; pero en todo caso esta “medianía” es el centrismo de las cosas y esa equidistante moderación es la que debe servirnos de alerta para enfocar la recta final desde la alegría. Tenemos lleno el zurrón de los días con todo lo que nos ha sucedido y es hora de vaciarse en los demás.

Contemplar las miradas que se apagaron nos debe hacer tomar ejemplo de nuestros mayores y prepararnos para ayudar a esta sociedad. Me sorprende la infinita paciencia de nuestros padres y abuelos cuando con mucha menos tecnología para resolver las tareas, eran capaces de sacar más tiempo para dedicarlo a los más pequeños. Ciertamente hoy vemos más abuelos que colaboran con la crianza y educación de los nietos pues las abuelas lo hicieron siempre.

csc_0156-e1403045015938Si comparamos el número de viviendas de una ciudad con los niños pequeños que vemos en los parques, nos daremos cuenta de cómo hay edificios y edificios en los que no hay ni un solo pequeño. Es lo mismo que decir que la pirámide de población envejece en esta parte del mundo pero dicho así no conmueve de la misma forma. Ahora tenemos otra cuestión sobre los mayores que los enfrenta al mundo para el que más preparados están. A ver si me explico: en la actualidad llevamos a nuestros abuelos a residencias y centros de día, en muchos casos por requerir cuidados que nosotros “no podemos dar” y en otros por falta de tiempo o de espacio en nuestras casas. Por similares argumentos también delegamos el cuidado de los más pequeños en guarderías y en personas que se dedican a esto por no tener con quien hacerlo. Resulta una paradoja que cuando más importante es atender a los bebes, los abuelos no puedan participar para lo que más preparados están; hasta el punto de que estos tramos de la vida se opongan entre sí. En muchos hogares no hay ni mayores ni pequeños cuando entre los de nuestra edad era de lo más frecuente ver algún abuelito en nuestras casas. Estas son las consecuencias de los nuevos tiempos y del diseño de las viviendas, así como de nuestras vidas, sin hablar del transporte, las distancias, etc.,  que en las grandes ciudades complican todo esto mucho más.

En el medio rural es otra cosa y tanto las casas como las calles y los espacios se ven de otra forma y permite conservar este hábitat natural como si fuera la reserva de alguna especie en extinción, y donde sobreviven los valores de la auténtica familia. Allí todos los individuos aportan a la comunidad: unos fuerza, tenacidad e ímpetu y otros sabiduría a la vez que ternura.

abuelo-nietos-hijos1Haciendo un sencillo ejercicio podéis comprobar cuántas personas mayores han marcado vuestra niñez y cómo ellos tienen mucho que ver con vuestros gustos, capacidades y aficiones. En mi caso no teníamos familia en Mérida por ser mis padres de Almendralejo; pero vecinos y amigos ocuparon muchos lugares de los que les corresponde a este parentesco. De mi vecina Aurora y Francisco tengo conmigo el gusto por arreglar el patio, los animales domésticos y hasta las macetas que eran las tareas a los que los ayudaba y de quienes mucho aprendí sobre esto como del afecto.

2Aún hoy me pregunto cómo había tantas cosas que hacer y aprender en esa casa del número 5 de la calle calvario,  donde desde el cerdo a las gallinas todo tenía su utilidad para la matanza y para sacar pollitos con una pava clueca. Era la aplicación práctica de lo que venía en los libros sobre los seres vivos: nacen, crecen, se reproducen y mueren. Algo tan sencillo que los pequeños hoy apenas pueden comprobar. También la compañía de los mayores es muy importante al estar solos en casa. Hoy los jóvenes se enfrentan a la soledad de muchas tardes mientras los padres no pueden estar en casa. Las consolas, los televisores, los móviles, las redes están demasiado a la mano sin un adulto que vigile, eduque, entretenga y controle los tiempos en el hogar; y no me voy a extender en esto pues es demasiado obvio.

Prefiero seguir recordando a otros mayores que estaban en mi entorno  y en la misma calle como Encarna y Pepe, dos ancianos que tenían una churrería y que además vendían magdalenas y chucherías, y de los que recuerdo sus hacendosas manos con arrugas y muy trabajadas, pero con las que te hacían una caricia en la mejilla cada vez que “madre” te mandaba a algún recado y siempre te regalaban un regaliz. Así podréis descubrir cuántas personas han sido parte de vuestras vidas: vecinos, tíos, abuelos, amigos, tenderos, etc; y que son la explicación de nuestra personalidad.

churreria1Me pregunto cuál de las partes tiene más que perder. Si los pequeños que no viven todo esto con la ternura de quien educa desde la serenidad y la ternura hasta para consentir con algunas cosas que los padres no debemos permitir. O los bebes que no van a convivir con alguien que va más lento y que aprende a esperar, alguien que necesita ayuda para atarse un cordón pero que te enseña a hacer un nudo, alguien que cuando hoy cierras los ojos y aun pasando muchos años de su partida, recuerdas perfectamente su peculiar olor, su pelo, sus manos y el fondo de su mirada.

como-atarse-los-cordones-en-dos-segundos-el-metodo-de-los-dedos-magicosLos abuelos muestran las cosas de otra manera y a su vez los niños despiertan ese punto medio de la vida donde también nos preparamos para darlo todo antes de partir. He visto a mis padres rejuvenecer con la llegada de sus primeros nietos y babear con sus gracias, hasta ver como mi madre desplazaba las fotos de sus propios hijos para presumir de nietos con sus amigas.

El abuelazgo no es solo cosa de los que en envejecemos sino de la simbiosis entre nietos y abuelos sin necesidad de parentesco, este beneficio no es cuestión del ADN, sino de la interacción en la convivencia.

abuelo-nietoCreo tan firmemente en esto que mi recomendación es que si no tienes un abuelo cerca para tus hijos, te hagas de alguno de los muchos que están deseando regalar los tesoros del reloj de los sueños que lo que yo entiendo por:

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