Juan Robles: cincuenta años subido a un pescante

Quien continúa siendo el mejor deportista de Enganches de la historia nacional, Juan Robles Marchena, recibió el 8 de febrero un nuevo homenaje, esta vez en la Parada Militar de Écija, con motivo de la presentación de los sementales destinados a dar servicio en 2020. El teniente coronel Juan Manuel Lopez se guardaba esta gran sorpresa, fuera del programa oficial, para todos los asistentes. Así celebramos este sencillo pero emotivo y más que merecido reconocimiento,  para un hombre que dedicó cinco décadas a competir, llegando al más alto nivel.

Con Juan Robles, en la Presentación de Sementales en Écija

Al finalizar la presentación de los sementales, López presentó a Juan Robles haciéndose un gran silencio, como si aquello no pudiera ser posible. Rápidamente empezaron los aplausos para quien volvía a la pista, haciendo las delicias del público y además en plena forma; como tantas veces lo hiciera en competición pero ahora en la que tantos años fue su casa. Volvieron a nuestras retinas y a nuestra memoria las imágenes de una vida deportiva con una impecable trayectoria así como un magnífico palmarés deportivo, donde el cochero no dejó de conseguir éxitos, con propietarios privados primero y sobre todo con Yeguada Militar, pero siempre con caballos PRE, a los que indiscutiblemente ha puesto en valor a través de competiciones internacionales por toda Europa. </p> <!–more–></p>

Juan Robles nació en enero de 1949 y desde muy pequeño ocupaba los días en las aulas del colegio donde cursaba la formación obligatoria y en las instalaciones de la Finca Cazarejo, donde su padre estaba al cargo del ganado bovino. Fue precisamente entre ovejas donde tuvo el primer vínculo con el caballo. “Me iba a trabajar con mi padre porque en la finca había caballos de Alta Escuela, de Vaquera y de Polo”. A los quince años, cuando el colegio dejaba de ser obligatorio, cerró una pequeña maleta y dijo adiós a Trebujena y hola a Jerez, donde le esperaban los caballos de Domecq, que lo acogió “como a un hijo”.
En las cocheras de Pedro Domecq de la Riva, aprendió lo necesario como lacayo y como cochero. De ello se encargó el que ha sido uno de los mejores cocheros de España, el jerezano José Mata Aparicio, mayoral de Domecq de la Riva. Eran los años 60 y 70, una época en que Mata y Robles llevaban los colores de la casa Domecq por exhibiciones y ferias de España, Portugal, Reino Unido y Austria, donde actuaron en la Escuela Española de Equitación de Viena.

No tardó mucho tiempo Blanca Domecq Zurita en contratar como jefe de cuadras al de Trebujena. Era 1975 y en esta otra casa jerezana estuvo hasta 1988, cuando pasó a formar parte del personal civil del Depósito de Sementales de Córdoba, unidad que posteriormente se traslada a Écija, donde permaneció 32 años hasta su reciente jubilación.
Además ha sabido compaginar las citas deportivas y el trabajo de doma y exhibición de enganches de Yeguada Militar con el proceso de formación de otros cocheros y caballos de ganaderías privadas en muchos puntos de España. Juan Robles además es juez de la disciplina e impulsor del formato “índoor” de la misma en España.

Pasamos una jornada inolvidable en la que tras la comida tuve la oprtunidad de hacer esta entrañable entrevista.

Juan, ¿cuántos años dedicados a la alta competición ?

Se puede decir que he dedicado treinta y dos años a la alta competición y me siento muy orgulloso de haberlo hecho siempre con caballos PRE, aunque he entrenado a otras razas pero para competir,  españoles.

¿Qué idea tiene usted sobre los concursos morfológicos de caballos PRE?

A mí me gustan los caballos buenos, por eso dejaría la belleza en un segundo plano , sin quitarle su enorme importancia para esta raza, pero creo que se pierden cualidades muy interesantes para el deporte. En los concursos se dejan atrás a caballos que funcionan. Para mí habría que premiar a los que sean funcionales y luego, de entre ellos, que gane el más bello dentro de los parámetros de la raza, así tendríamos caballos para disputar competiciones importantes de todas las modalidades. Sobre el caballo español hay puestos muchos ojos del mundo entero y se lo puedo asegurar. Desde el primer campeonato del mundo en Alemania pasando por Holanda, Bélgica, Hungría, Francia, etc, los caballos españoles llaman la atención porque “siempre dan la cara”.  No pueden quedar primeros pues vamos 15 años por detrás del resto que sí tienen este esquema de selección. Ahora en el enganche de tradición sí que somos el número uno en el mundo, en eso no pueden con nosotros.

¿Qué otros factores apunta usted para acortar distancias con los países que hoy tenemos por delante?

Para mí lo más importante es domar los caballos en sus edades propias de potros y sobre esto, escoger la disciplina donde cada uno de ellos puedan dar mejor resultado conforme a sus virtudes.

En el caso del enganche otro factor importantísimo es hacer las cosas bien, dedicándoles su tiempo. Las prisas nunca son son buenas consejeras. En mi caso disfruto de ir paso a paso, no me planteo enganchar un caballo sin un buen trabajo pie a tierra.

¿Puede contarnos algunas consideraciones generales, en la etapa de iniciación de un potro para engancharlo?

Me encanta la pregunta. La mayoría de las personas quieren ver pronto enganchado su animal, cuando los 2 ó 3 primeros meses son fundamentales para trabajar con riendas largas, familiarizando al caballo con lo que viene posteriormente. Además el caballo tiene que irse a la cuadra contento y con la sensación de que premiamos su esfuerzo. En estos momentos el caballo tiene que aprender a impulsar, utilizando los posteriores desde abajo e ir subiendo el dorso poco a poco, con facilidad. Los caballos españoles necesitan su tiempo para cuajar y sobre todo lo que yo llamo ” hacerle la cara al caballo “. Esto es un conjunto de cosas, consiste en fortalecer el dorso a riendas largas meter el pie izquierdo y el derecho, pero empujando hacia arriba con franqueza y fluidez para que a la vez amplíen el paso con elegancia y esté activo en todos los aires. Es cuestión de madurez y de trabajo.

¿ Cree usted que hay un tipo de gimnasia para conseguirlo ?

Efectivamente y cada maestrillo tiene su librillo, pero lo básico es como para cualquier deporte. Hay que hacer del caballo un atleta y esto requiere una correcta preparación. Usted sabe de esto por su profesión, tan malo es pasarse como no llegar. Es como las siete y media, hay que llegar a lo justo. Cuando falta esto es imposible obtener resultados en competición y además es malo para el caballo. Luego dicen que el caballo español se rompe y no es así, los rompemos nosotros por no adecuar su estado de forma a las exigencias que les pedimos. En esto cada raza funciona de una forma y desde el calentamiento, para cada ejercicio todo es importante. En mi caso, en estos treinta y dos años, todos los caballos los he retirado con 17, 18, 19 y hasta con 20 años, como es el caso de Fementido, por cierto hoy he sacado enganchado a un hijo suyo Nebulón V.

Si es verdad señor Robles y curiosamente viene destinado a la parada de Badajoz.

¿ Cómo elige usted los caballos?

Yo siempre he preferido los más grandes, para mi la fuerza es una cualidad muy importante para el enganche pero también considero que deben ser elásticos y elegantes. Creo que hay que tener varios tipos, el “caballo-gasolina“ para la competición deportiva y el “caballo-gasoil” para el de paseo. Este concepto es muy amplio pero funciona, el de gasoil es más fácil de domar, el de gasolina hay que ir más despacio pero cuando lo tienes si le pides un esfuerzo extra, te lo da. Sobre este particular, los españoles tienen una virtud adicional frente a otras razas y para mí no deja de ser algo extraordinario. Es su respuesta ante la fatiga, un PRE aún estando cansado si le pides un esfuerzo más, no se lo guarda y te lo da; lo llamas tres veces y tres veces va aunque caiga de cabeza. Recuerdo una anécdota en el año 95 que competíamos en Monteenmedio. Uno de mis caballos al ir a un cañizo, se hizo un siete al rozarlo y la herida aunque superficial, no nos permitiría seguir en competición al día siguiente. El veterinario me dijo que si le poníamos anestesia no podría correr por el control de dopaje y con la herida abierta tampoco. La única opción era coser la piel en vivo y así lo hicimos sin rechistar. No se movió y esto solo lo hacen los caballos de buen corazón, los españoles son una raza que aguantan y aguantan al ser muy sufridos algo que también hay saber medir en el trabajo.

¿Recuerda usted el nombre del caballo ?

No podría olvidarlo, para mi era muy importante la competición pero también la salud del caballo. Pudimos alcanzar el éxito gracias a Relámpago un ejemplar del hierro de Lovera que para siempre estará en mi recuerdo.

Las personas nos equivocamos pero ¿se equivocan los caballos?

Los caballos se pueden equivocar pero mucho menos que las personas pues tienen una memoria privilegiada. Lo que sí puedo asegurarle es que además los PRE se equivocan mucho menos. El caballo es como tu compañera que debes tratarla bien para que ella te trate bien. Es como un amigo que si tú lo tratas bien la amistad perdura y él también te devuelve ese mismo trato. Bajo esto tratar bien a un caballo es hacerlo con respeto, con cariño y con buen manejo… entonces es cuando te lo da todo. Pero si lo tratas de mala manera te dice “ por ahí no entro y ya lo tienes a la contra. ” Con los caballos” se consigue más por las buenas que por las malas.

¿Qué consejo le da usted a los jóvenes cocheros ?

Es muy difícil aconsejar pero hay algunas cosas que se desprenden de la propia entrevista.

Una que tomen su tiempo para enseñar, educar y entrenar a un caballo.

Dos no se debe precipitar la especialización de un potro.

Tres que siempre hay un método eficaz para hacer las cosas y que este tiene mucho que ver con el buen trato pero además que dediquen tiempo a formarse ellos mismos. En mi caso he buscado a los mejores y por citar a alguno de ellos, durante cinco años hice cursos con Félix Brasseur, pero cada cual tiene que mirar lo que tenga a su mano y lo que necesite para creer.

Para ir terminando dígame un caballo especial para usted.

Me quedo con Apetecido de Fernández Daza y no solo por ser grande, profundo de pecho y buenos suelos, sino por ser el más inteligente de todos los que he tenido. Lo he sacado con siete caballos a la cuarta, sin guarnición y nada más que con las riendas. Lo paraba en la feria y no se movía. Él venía a mí y no tenía que bregar nada para cogerlo. Con ese caballo corrí mis primeros juegos ecuestres en Holanda en 1994 era una gran “máquina”. Podéis sentiros muy orgullosos en la Asociacion Extremeña de Criadores de Caballos PRE.

Nos hace usted un gran honor a todos nosotros y particularmente a mí que conocí a un hermano propio es este PRE. Lo tenía un gran amigo mío y excelente veterinario Don Félix Mendoza Sanzano, con lo que me hago una idea del que me describe.

Juan he disfrutado muchísimo con usted, al volver a verlo como cochero pero francamente en la distancia corta se hace aún más grande. Ahora que no nos escucha nadie.

¿A quién dedica usted lo que ha conseguido ?

Sin dudarlo un instante responde:

¡A mí Juani, mi mujer y a mis tres hijos que me han permitido estar tantas horas y tantos días fuera de casa, para entrenar además de competir! La vida de la alta competición exige muchísimo y yo he competido todo el año, en invierno y en verano,  fuera y dentro de España. Lo más importante ha sido esta gran generosidad y que cuando he vuelto a casa todos estaban esperándome.

Muchas gracias por esta entrevista y por su amabilidad Juan, en Extremadura tiene las puertas abiertas.

Fernando Molina Alén, Vicepresidente de la Asociación Extremeña de Criadores de Caballos PRE

Share

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *