Para mi amigo Fernando González y para todos los que emprenden este nuevo camino.
Apenas una semana de tu viaje…
Nada más ver el cielo sabía que partirías allí, para reunir otra piara de nubes con almas de caballos y esperarnos.No me atrevo a hablar del dolor pues ese es patrimonio de la familia y aunque me diste un sitio destacado con tu amistad, se distinguir las cosas. Tampoco quiero contar como eres pues no me corresponde pero sí quiero susurrarte algunas cosas que sólo pretenden devolverte un pellizco de todo lo que diste, amigo.
Tu firmeza en los criterios y opiniones que para bien o para mal eran palabra y LEY!!! Jamás deshacer un “trato” ni aún perdiendo.
Mi amor a los caballos nació en tu casa, donde nunca me sentí ajeno y donde Aurora siempre me abrió las puertas. Algunos fríos y noches sin dormir hemos pasado juntos por algún parto difícil, algún cólico como el de el Ebanisto o por algún otro percance donde necesitaste al “doctor jeringas” como me llamabas.
Después llegaron los veterinarios de verdad y ya no me precisabas tanto.
En honor a la verdad he salido ganando. Siempre me diste más, más ayuda, más consejos y más sabiduría…Qué difícil contar una vida en unas líneas y más de un hombre auténtico y fecundo. pero frases como “amigo que no da y cuchillo que no corta, si se pierde no importa” sentencian tu voluntad de cooperar y compartir tanto como el mejor amigo.
No volveré a conocer tanta NOBLEZA, en mayúsculas, pues personas como tu hay pocas. Ese punto de antiguo galan te distinguía y algunas correrías me tienes contadas…Te fuiste en el mejor momento para un ganadero, cuando la otoñada despierta las primeras hierbas, cuando el campo huele a tierra mojada y los cristales de las ventanas, tatuados por las gotas dejan pasar pica Luz. Eso sí, como a ti te gustaba en tu casa, con tu mujer, tus hijos y tus mejores potros… A los que les quedan muchas historias que escuchar de un abuelo ejemplar.
Afortunados los que como tu, se levantan confiados en el nuevo día y en el pujante anhelo del Señor. Pasarán las tormentas y las aguas torrenciales, como pasa la juventud, y llega la calma a las riberas donde pastan los que se merecen el descanso eterno.
Buscaremos el consuelo en lo que de ti aprendimos y no es posible contar en un sólo texto… Hombre de refranes y dichos que rezumen tanta sabiduría y experiencia como bondad. Valgan estas pobres palabras para levantar el ánimo en el día de San Judas Tadeo pedir al benefactor de las causas perdidas, por quien siempre supo ayudar “DANDO” a los débiles, a los desamparados y a los necesitados; compartiendo a veces no sólo pan sino techo.
En esta tarde de melancolía quiero llamarte como me gustaba hacerlo: ¿ donde andas “Mesonero”?
Sí el señor es labrador de almas, tu eres labrador de sueños…muchos años roturando el campo para hacer surcos en la tierra esperando nuevas cosechas. Él, labrador de almas y tu mesonero de labradores, no hay mayor nobleza que quien da de comer a otro y tanto deja hecho.
El día que yo embarque volveremos a apartar yeguas, a marcar potros y a escoger los mejores para hacer realidad nuestros sueños.
Como siempre digo, hasta que volvamos a encontrarnos amigo mesonero.
Sólo el amor vence a la muerte.