¡ TE OFREZCO MI CRUZ !
Nunca es fácil decir adiós al separarse.
Un cegador momento hiela nuestro rostro, el frío anuda el corazón haciéndonos bajar al más profundo, oscuro y ensordecedor de los abismos… precisamente a ese rincón del infierno en la tierra lo conozco bien.
Puedes acostumbrarte al bullicioso tumulto de la gente y sentirte solo, pero a lo que no te acostumbras es al inquebrantable silencio que nos provoca el extremo dolor de la muerte.
Muchas personas nos preguntamos por una sola razón que pudiera justificar ” el martirio de tu cruz ” , buscando atenuar la quemante presión que inunda nuestro pecho. Conmovidos por las más amargas de todas las lágrimas, las lágrimas mudas de una madre.
Tu amor se ha extendido en el mundo como la amistad incondicional de quienes compartimos la vida. Solo escribo cuando algo me emociona hasta retorcer la humana naturaleza y mi alma. Por eso hoy confieso que te he visto desenclavando culpas en mis sueños, bajo la agonizante controversia de faltar la vida a quien decide sobre quienes pueden vivir o no, pero además es él quien cuida la vida de los demás. Lo que hace más incomprensible este laberinto de amor y llantos.
El negror de la muerte se impone al renaciente sol de primavera y ahora es la Cruz quien te llama y te busca, haciéndonos conscientes de nuestra pequeñísima condición humana frente a todo un Dios. El mismo que prefirió hacerse hombre para morir y salvar a la humanidad.
No hay recetas mágicas para hacer ningún duelo y mucho menos el de un hijo. Por eso cada día debemos aprender a situar la mirada un poco más alto, hasta llegar a la altura del Padre. Es como caminar a ciegas, derrepente, resulta imposible no golpearse, lo mejor es abrir las manos al frescor de los pétalos vividos. Con el firme propósito de perpetuar el milagro, efímero, de las imágenes positivas del amor. Esas que no se marchitan con la persona y son las dádivas del día a día. Cuando poco a poco debemos desandar el amargo camino de la ausencia.
No es fácil volver a aprender y escuchar el alegre murmullo de los pájaros que vienen cargados desde el cielo. Pero un buen día comprendes la verdad de esta sencilla melodía, que va y viene en el inmaculado aire de los inocentes.
Yo te ofrezco lo que tengo, silencio, recogimiento, reflexión, paz y amor. Esta es mi Cruz de oración en Semana Santana, dedicada tu alma y a la serenidad de tu fe para sobrellevar el infinito vacío de la perdida.
¡ Buena penitencia, paz y Bien #amigos !
.No hacen falta Iglesias, ni pasos en precesión por las calles para sentir la pasión de la #SemanaSanta . #viacrucis #merida .