Volver a sentir la fuerza de un niño que es Dios y hombre me devuelve siempre al principio de todo. Un nacimiento que cambia el concepto del Amor en alguien que cambia el Mundo predicando Paz.
Quiero que él vuelva de verdad. Desear deseos que nos ayuden a ser mejores personas y que la palabra amor no sea el adorno de una felicitación, ni el recurso para rellenar blanco papel. No quiero que la luz del Belén cambie nuestra estrella en un instante. Quiero que la estrella nos ilumine el día a día para conquistar pequeñas metas que son grandes logros. Deseo que no se endurezcan los sentimientos con la crueldad y que los pequeños detalles tengan su verdadero valor. Que cada persona sienta la vida del alma con el espíritu de la NAVIDAD.
Ahí estás Tú; tu impulso y tu corazón tienen una cita importante con la ternura, con el afecto y la comprensión. Seamos generosos y detengamos las cosas urgentes, prioricemos las importantes y demos código de realidad a la familia, a los niños y a los desamparados.
La NAVIDAD nos puede ayudar a ver las cosas como pueden ser en la realidad de los sueños. Los deseos no son frases, son sentimientos y se construyen con acciones, no sólo con palabras e intenciones. Ven a la NAVIDAD de tus sueños y construye tu mundo real.
La vida nos otorga el privilegio de decidir y cambiar el destino. El punto de partida lo decides Tú. No hay excusas y planteate la felicidad como un objetivo. No valen lamentos, ni derrotas pues el futuro se alimenta de fracasos y no sólo de victorias.
Tú tienes en tus manos vivir el espíritu de la NAVIDAD. No dejes que nadie te robe el futuro ni tus suelos.
¡Feliz NAVIDAD a todos y próspero 2015!
