La palabra Pascua (pascae en latìn, pèsaj en hebreo) significa PASO.
En el caso de los judíos representa el cruce del Mar Rojo, es decir el PASO de la esclavitud hacia la libertad.
Para los católicos, conmemoramos la Resurrección de Cristo, es decir, el PASO de la muerte hacia la vida eterna.

Indiscutiblemente cada uno de nosotros vive de forma diferente la pasión de Jesús. Yo os puedo asegurar que vivir este tiempo Pascual en Mérida, guarda un simbolismo especial. La Semana Santa de nuestras ciudades tiene nombre propio y cada cual reproducimos mentalmente, los momentos más emocionantes… Por ejemplo a mi, escuchar a los legionarios cantar “soy el novio de la muerte …” me pone los pelos de punta. Por otro lado no es menos emocionante vivir el Via Crucis en el anfiteatro romano de Mérida. Desde este momento del domingo de Pascua de resurrección hasta el domingo de pentecostés van cincuenta días, en los que tenemos mucho tiempo para rezar, pensar y compartir la fe. De tal forma que incluso para los ateos también tiene significado este tiempo pues en el fondo simboliza la Supremacía del Espíritu sobre la Materia.

Actualmente con los acontecimientos que vivimos,  junto a persecución y la muerte de los cristianos en el mundo. Es necesario que se haga justicia para ver con naturalidad la Pascua y compartir deseo de que demos ese PASO.

Ese que que nos haga pasar:

De la Apatía a la Acción ;

De la Indiferencia a la Solidaridad;

De la resignación a la búsqueda de soluciones sin lloriquear.

De la desconfianza al abrazo sincero

Del miedo al valor y al coraje, para volver a apostar todo por amor;

De recoger sin vergüenza los trozos de sueños rotos y volver a empezar;

De la autosuficiencia al compartir el fracaso y los éxitos

De hacer las paces con nuestro pasado y rezar para conciliar nuestra vidas.
Será bueno pedir perdón y comprender que no sirve de nada ser luz, si no podemos iluminar el camino de alguien.
Feliz Pascua amigos.