Va para un año querida Lourdes.
No es fácil mantener ni una pequeña parte de todo lo que tus amorosas manos sostenían. Quiero que sepas algunas cosas cuñada. Hemos intentado calmar el dolor de tu viaje con una muralla de amor y una montaña de esperanza, pero sigue siendo terrible vivir el paso del tiempo en tus retoños.
Mis pobres palabras no sirven para expresar todo lo que perdimos esa mañana…y la que mas, de todos nosotros, tu. Un año sufriendo la congoja de sabernos incapaces para cubrir tu hueco. La espera se va haciendo más paciente frente a la impotencia de adivinar lo que tu harías ante los enormes retos de cada instante, de cada pequeña cosa que se hace un mundo sin ti.
Por la empedrada calle del pueblo asoma tu iglesia donde me he propuesto ser fuerte y sonreír ante los niños, apartando el desconsuelo. Mis ojos te buscaban en el altar de tus rezos, donde las velas encendidas miman las oraciones, ahora para ti.
Tengo emplazadas mis promesas y confieso mi clamante abatimiento por la desesperanza pero también mi firme compromiso como el de toda la familia. No te olvidamos corazón y no hay día que no hablemos de ti, de tus cosas y tus risas. También de tus manías y costumbres que nos hacen valorar tu fe.
Nos hemos tenido que ir acostumbrando a algo para lo que nunca se está preparado. Esta evanescente penumbra que nos arropa en cada uno de nuestros días. Es una infinita tristeza que lentamente nos asalta en tu ausencia.
En estos meses hemos recobrado el dolor junto los corazones de otras familias, por sus inesperadas perdidas. A ellas quiero decirles algo: “este camino es imposible recorrerlo sin vosotros, sin la desbordante ayuda de los que os vais”.
Gracias por aparecer del vacío para iluminar las tinieblas de la soledad y una cosa… No nos dejes caer ante la desoladora frustración de no estar materialmente contigo y alimenta de amor nuestra debilidad humana, para soñarte.
Lulu, he puesto muchas flores para tu alma y los reyes magos me han traído un invernadero que Mayte ha montado hoy con mi ayuda. Ya sabes que al contrario que ella, para eso no me doy mucha maña.
Dios ha pintado un bullicioso camino de estrellas relumbrantes para ti, donde el silencio se desborda con tu presencia. También se que todas ellas esculpen un camino hacia tu nueva casa en el cielo, donde nos aguardas.
Un beso de todos nosotros, preciosa.