MANEJO NUTRICIONAL DE LA YEGUA Y DEL POTRO

Por Fernando Molina Alén

Consejo de Redacción de ExtremaduraPRE 
Ganadero de AECCPRE

La alimentación de los reproductores supone un aspecto fundamental a la hora de aumentar su índice de fertilidad algo a lo que se le suma un manejo adecuado de los mismos. De forma general podemos afirmar que los problemas más frecuentes vienen derivados de estados carenciales, aunque animales con demasiada grasa también presentan problemas de fertilidad.

En el caso de las yeguas es muy importante mantener un buen estado corporal, lo que viene a ser que estén bien de carnes durante todo el ciclo reproductivo: gestación, lactancia y destete del potro. Se pueden permitir ciertas variaciones del peso pero evitando pasar de ciertos límites donde todo se complica.

Los avances científicos nos permiten conocer mejor las necesidades nutricionales del caballo, hasta el punto de establecer una importante relación entre la salud y el desarrollo de los mismos. Pero además sabemos que los potros requieren la máxima atención al establecerse un planteamiento adecuado de su alimentación.

Cuando las yeguas han tenido a su disposición todo lo que necesitan, las garantías de que un parto llegue a buen término son mucho mayores. Con esto no solo me refiero a que el potro nazca bien, sino que en las primeras etapas de su vida pueda ir creciendo con normalidad. Las yeguas desparasitadas en su momento y con una alimentación equilibrada tienen mayor porcentaje de éxito en los alumbramientos. Esto quiere decir que las expectativas trazadas para cada animal no solo dependen de los factores genéticos y sanitarios sino del “manejo” y de su alimentación. Estos condicionantes se van “alargando” en la cadena ganadera que denominamos como crianza.

En el artículo anterior decía que un campeón “comienza a fraguarse en el vientre de su madre” para resaltar la importancia de que debemos preocuparnos mucho de las yeguas para tener buenos potros. Esto significa evaluar el estado corporal y sanitario de cada reproductora a la hora de programar la gestación. Es decir, debemos analizar si es primeriza o no; cómo es su estado de desarrollo en ese momento, la época del año en la que estamos, si viene de otro parto y como ha quedado después del destete, etc. (además de todo lo anterior).

Y lo que es muy evidente, la elección del semental, pero en esto no voy a entrar pues es algo muy personal. Con todo ello no quiero decir que una cubrición espontánea o por necesidad, no pueda darnos un gran potro.

Ahora bien, la mejor garantía del ganadero para cerrar el ciclo de criar un buen caballo está en asegurar un planteamiento eficiente de su alimentación durante el periodo de crecimiento y no sólo para evitar posibles enfermedades, sino para obtener el máximo rendimiento del animal. Debemos evitar las carencias y/o excesos que puedan limitar su aptitud para las actividades a las que tengamos previstos dirigir su futura dedicación como ejemplar. Estar bien nutrido no quiere decir sobrealimentación; sabemos que el sobrepeso es otro factor “limitante” y mucho más en las primeras edades, donde provoca un retraso madurativo del “crecimiento” que repercute tanto en los esqueletos como en su musculación. Sin olvidar la merma de capacidad ante la resistencia a determinados niveles de esfuerzo, lo que reduce a su vez el destino para ciertas modalidades que son la salida natural del caballo.

Cada pauta del crecimiento requiere aspectos nutricionales adaptados y compensados para no producir limitaciones, a veces irrecuperables. Posiblemente, el problema más frecuente con la alimentación de los potros sea la ingestión de grandes cantidades que aceleran el ritmo de crecimiento y aumentan la cantidad de grasa corporal. Infelizmente, no disponemos de reglas fáciles para determinar cuándo resulta pernicioso alimentar en demasía, ya que el consumo calórico es el balance total del forraje y el “grano” al que los potros tengan acceso. Lo que sí es verdad en cuestiones alimentarias es que no se puede aportar más de lo que la naturaleza biológica del animal pueda asimilar. Siendo prudentes a la hora de equilibrar las raciones, con un límite preestablecido y sin dejarnos llevar por la frase “no me come bien”, cuando son incapaces de apurar todo lo que les queremos dar.

Como norma general, si se dispone de poco forraje o si la calidad de este no fuera la deseada, es aconsejable aumentar el aporte de cereales. Por ejemplo, pueden ser aceptables raciones del 2% al 2,5% del peso corporal para mantener un crecimiento razonable en potros de 12 meses de edad que solo tienen acceso a pastos bajos en nutrientes. Pero raciones por encima del 1% del peso corporal pueden ser excesivas si el potro recibe heno de alfalfa, beza o pastos muy ricos en nutrientes.

Lo realmente importante es diseñar un sistema coherente de alimentación en función de nuestros recursos y posibilidades. Por eso, si se ha alimentado correctamente a la yegua en el último tercio de la gestación, se puede decir que tenemos mucho a favor de cara al futuro potro, sin descuidar el resto del periodo de preñez, lógicamente. Podríamos decir que tanto las yeguas gestantes como las lactantes tienen facilitada una alta capacidad de ingestión para sufragar así los cambios fisiológicos que se avecinan; con lo cual pueden consumir de 3 a 4 kg más de forraje y esto les permite cubrir sus necesidades de mantenimiento prácticamente toda la gestación, a condición de que los pastos sean de buena calidad y que los últimos tres meses estemos pendientes de suplementar la ración con cereales y/o concentrados.

Todos sabemos que los caballos son monogástricos y que sus dietas deben contener elevados niveles de fibra, alrededor de un 20%, para evitar trastornos digestivos. Por otra parte, la complementación con concentrados o mueslis de cereales, etc. resultan imprescindibles en cierto momentos productivos. Estas circunstancias nos llevan a buscar nuestro propio equilibro en estos aportes.

Algunos autores recomiendan una relación de forraje: concentrado de 70:30 para yeguas en el tramo final de la gestación y de 40:60 durante la lactación. Cada ganadero puede modificar las proporciones, dependiendo en gran medida de la calidad del forraje y del estado corporal del animal; para eso contamos con los profesionales que siempre tienen la última palabra.

Como norma, se debe evitar la alimentación exclusivamente con concentrados y se recomienda aportar entre 0,4 y 0,5 kg/100kg de peso vivo como mínimo. Por su parte, muchos nutrólogos aconsejan llegar a niveles de 1kg de forraje por cada 100 kg de peso vivo. En caso de no disponer de forraje habría que complementarlo con paja de buena calidad.

Uno de los objetivos más importantes de este artículo radica en señalar hacia todo este periodo crítico en el desarrollo de los caballos, con la idea de mejorar la atención de los ganaderos, a sabiendas de que esto va en beneficio directo de los animales y con ello del sector. En muchas ocasiones nos conformamos con que la yegua quede preñada y atribuimos a este factor la mayor parte del éxito, cuando el proceso no ha hecho más que empezar y no debemos bajar la guardia.

Ciertamente, durante los primeros meses de la gestación las necesidades de la yegua no difieren mucho de las de mantenimiento, debido al pequeño tamaño del feto. Sin embargo, respecto a la vitamina A, es conveniente asegurarnos de que aportamos unos mínimos, especialmente si el forraje o la dieta no son de óptima calidad. Los cambios más importantes comenzarán a partir del 7º y 8º mes cuando se recomienda incrementar los aportes energéticos del 15,20,25, y 30% para los mese octavo y noveno, décimo y undécimo.

Respecto a las proteínas debemos considerar que en el último tercio de la gestación se producirá un crecimiento rápido del feto pues el 60-65% del peso al nacimiento lo habrá ganado en los últimos 90 días de gestación. En este periodo se fijan diariamente 22-25 g durante los meses noveno, décimo y undécimo respectivamente. Aunque hay autores que hablan de aumentar un 20% en este último tercio de gestación. Lo importante es estar preparados para que, al llegar este momento, lo tengamos muy presente y no dejemos pasar ni un solo día sin aumenta la energía y las proteínas en la alimentación de la yegua.

Como referente para evaluar la condición corporal de la yegua es conveniente comparar la valoración comparativa en la tabla de Henneke, que nos refleja el estado del peso en nueve estados valorativos que se miden bajo los siguientes criterios de puntuación:

TABLA HENNEKE DE EVALUACIÓN DE CONDICIÓN CORPORAL

1. Extremadamente delgado

Caballo sumamente demacrado. Su dorso, costillas, cadera, “tuber coxae” y “tuber ischii” sobresalen de forma exagerada. La estructura de los huesos de la cruz, hombros y cuello son muy visibles. No se aprecia ningún tejido graso.

2. Muy delgado

Caballo demacrado con una pequeña capa de grasa que recubre su dorso. El dorso, las costillas, la cadera y el “tuber coxae” y “tuber ischii” sobresalen. La estructura ósea de la cruz, hombros y cuello es discernible.

3. Delgado

Caballo con una pequeña acumulación de grasa en su dorso. Tiene una pequeña capa de grasa que recubre sus costillas. El dorso y las costillas son fácilmente discernibles. La cadera es prominente, aunque las vértebras no se aprecian de manera individual. El “tuber coxae” aparece redondeado pero fácilmente discernible y el “tuber ischii” no se distingue. La cruz, los hombros y el cuello son acentuados.

4. Moderadamente delgado

Caballo con un ligero lomo en la espalda. Se puede apreciar un ligero contorno de las costillas. Si la cadera sobresale o no, depende de la conformación del animal, ya que puede apreciarse grasa alrededor de ésta. El “tuber coxae” no es discernible. La cruz, los hombros y el cuello no son delgados.

5. Normal

Caballo plano por detrás (ningún pliegue o lomo). Las costillas no se distinguen visualmente pero son fácilmente palpables. La grasa alrededor de su cadera empieza a sentirse esponjosa. La cruz aparece redondeada sobre el dorso. Los hombros y el cuello se armonizan con el cuerpo.

6. Moderadamente gordo

Caballo que puede tener algún pequeño pliegue en la zona trasera. La grasa sobre sus costillas es esponjosa y la grasa alrededor de su cadera se siente blanda. La grasa comienza a acumularse sobre los lados de la cruz, encima de los hombros y sobre su cuello.

7. Gordo

Caballo que puede tener pliegues en la zona trasera. Las costillas se pueden palpar de manera individual, pero es evidente que la grasa rellena las costillas. La grasa alrededor de su cadera es blanda. La grasa se acumula en la cruz, encima de los hombros y sobre el cuello.

8. Muy gordo

Caballo con pliegues en la zona trasera. Existe dificultad para apreciar sus costillas incluso cuando se palpa al caballo. La grasa alrededor de su cadera es muy blanda y el área alrededor de la cruz tiene gran cantidad de grasa. Su cuello está ligeramente hinchado y la grasa se acumula a lo largo de sus muslos.

9. Extremadamente gordo

Caballo con pliegues en la zona trasera. La grasa aparece de forma irregular por su cuerpo.

Por ejemplo una yegua lactante que se situé por debajo del valor 5 probablemente no tenga el mínimo de grasa corporal necesaria para producir suficiente leche de calidad sin embargo, si la yegua esta en un valor de 8 o más, puede producir tanta leche que sobre nutra el potro. Desde el punto de vista cualitativo, debe producirse un aporte equilibrado de nutrientes que permitan ir colmando las elevadas necesidades de la yegua que van aumentando al acercarse el parto y una vez que se inicia la lactancia; lo que hace prácticamente necesario el empleo de algún complemento para el forraje.

Esta suplementación se hace más importante al principio de la lactancia, época que coincidirá con el período de la nueva monta. Si se diera una restricción alimentaria, la producción de leche seria prioritaria para alimentar al potro nacido con lo que se pondría en riesgo la siguiente cubrición. Una yegua que este por debajo de su peso óptimo no solo compromete su capacidad para producir leche, sino que requerirá más ciclos para quedarse preñada y tendrá más posibilidad de no quedarse llena que otra con un valor 6. Una reproductora que se situé en valores entre 5,5 y 7, tiene una condición física optima lo que la sitúa en un nivel especialmente favorable para desarrollar su papel de madre en el ciclo de vida útil.

Por último, si bien el ciclo reproductor de las yeguas las puede llevar a unos cambios de peso con ciertos momentos de merma, que con posterioridad pueden recuperar, parece adecuado y razonable mantener un buen estado corporal. No solo para asegurarnos unos parámetros reproductivos adecuados y un óptimo desarrollo del potro sino por cuestiones de ética y bienestar animal que son parte de la esencia de cualquier ganadería. Sin olvidarnos de que aunque una yegua mantenga un valor de entre 5,5 y 7,5, si no recibe una alimentación equilibrada con suficiente proteína de calidad o si proporción de calcio a fósforo no es la conecta, se puede ver perjudicada la calidad ósea y el peso del potro al nacer. Por lo tanto los estados carenciales y los cambios drásticos de peso no son buenos y no son suficiente con que se encuentre en un peso adecuado, ya que también hay que aportarle un nivel vitamínico y proteico y de minerales óptimos en todo el ciclo reproductivo.

Un claro ejemplo es el estudio de la Universidad de Georgia que demostró la relación existente entre la absorción del cobre en el 10º mes de gestación. De manera que si no se garantiza el aporte eficaz de este el potro será más pequeño y tendrá más riesgo para desarrollar enfermedades del crecimiento. Algo en lo que también intervienen otros micro-minerales como el zinc y el magnesio.

En ocasiones vemos todo esto como algo normal pero, aunque la naturaleza nos presenta todo el ciclo como algo fácil, nosotros debemos ser conscientes de que no lo es. Ya hemos visto como para que las yeguas produzcan la gran cantidad de leche que necesita un potro en crecimiento, los aportes nutricionales deben aumentar significativamente para producir los calostros que serán el “seguro de vida” de nuestros potros. Así, el nivel energético de las madres que producen leche debe situarse casi en el doble de las yeguas vacías o las que están empezando la gestación. Además también debe aumentar la cantidad de proteína, calcio y fósforo. De esta manera nos aseguramos una producción diaria equivalente al 3-4 % del peso corporal de la yegua durante los dos primeros meses de lactancia. En el caso de pesar 500kg puede producir diariamente entre 15-20 litros de leche.

Las yeguas durante la lactancia necesitan beber más cantidad de agua, al ir ligado al incremento de alimentación en la dieta y a la producción de leche. En ocasiones se hace necesario vigilar el acceso de las madres al agua, tanto en los momentos del año en que se puedan congelar los bebederos como en los que el agua sea escasa por sequía, la producción de leche se puede ver afectada por estas cuestiones de manejo.

A partir de la cuarta o quinta semana de vida el potro comienza a ingerir alimento sólido, algunos incluso antes, para procurarse los oligoelementos y el hierro que le falta a la leche en proporción a sus necesidades. Este comportamiento estimula a su vez la actividad enzimática del aparato digestivo. Así el consumo se va haciendo mayor a medida que el potro va creciendo, especialmente a partir del tercer mes de vida que coincide con la disminución láctea de la yegua. Estamos frente a un momento crítico para ambos: ahora el potro estará ingiriendo aproximadamente 0,5 kg de alimento sólido, para continuar aumentado hasta llegar a niveles de 3-4 kg de alimento por día (1-1,5% del peso vivo) al acercarse el momento del destete.

Hay que estar pendiente del peso óptimo de las yeguas para asegurar la salud de esta y del potro; una vez que se inicia la lactancia, las madres agotan sus reservas energéticas con facilidad. Producir un alimento tan nutriente como es la leche requiere unos aportes extra de energía que no pueden faltar y además no pueden suministrase de forma intermitente sino de forma constante, pues el potro está mamando continuamente, y aunque lo veamos “enredar” con los alimentos no va a disminuir su dedicación a mamar.

Las yeguas delgadas no tienen reservas energéticas suficientes para producir la cantidad necesaria de leche. Así los potros criados por estas yegua tendrán un ritmo de crecimiento menor, pudiendo afectar a la talla final del caballo. Además serán firmes candidatos a padecer otras enfermedades que dificulten su salud y lógicamente su óptimo desarrollo. Se dice que si una yegua está criando y está preñada nuevamente necesita la misma alimentación que un caballo grande que hace un trabajo duro, por lo que se hace necesario aportar cereales enriquecidos con algún tipo de concentrado (además de heno) altos en grasa, también el aceite de maíz o el salvado de arroz. Esto puede ayudarnos a que la porción de caloría sea la correcta para las yeguas que han perdido mas peso de la cuenta.

No debemos dejar de considerar que el aceite añadido directamente a la dieta aporta calorías pero no nutrientes, y si el potro se aficiona a esto, aún se hace más importante añadir los nutrientes de forma proporcional, pues no se deben tomar más calorías de la cuenta sin estar equilibradas con los nutrientes adecuados. En los últimos dos meses de lactancia es bueno ir disminuyendo el aporte extra de nutrientes para que la yegua empiece a disminuir la producción de leche antes del destete y así el potro buscará el alimento de forma instintiva, como el agua. De esta forma el destete será menos estresante para él por estar familiarizado con otra forma de alimentarse y la madre no se resentirá tanto al cesar la producción de leche gradualmente.

EL DESTETE

Ciertamente el proceso de destete debe ser muy meditado pues la separación del potro y la madre tiene consecuencias muy importantes para ambos. Es algo tan determinante que daría para mucho más que lo que puedo dedicar en un artículo de este tipo, pero de todas formas lo quiero introducir y lo veremos en otro más adelante.

Un mal destete puede resultar dramático, hasta el punto de que si lo hacemos mal podemos arrepentirnos. Es bueno hacerlo por grupos aunque lo ideal es por camadas, pero no todos son de la misma fecha y, una vez que se apartan y encabezonan, se pueden dejar con una “madrina” durante un tiempo; pero igualmente es importante tenerlos apartados de uno en uno para “amansarlos” una temporada y después volver a juntarlos.

Antes de todo esto vamos a ver otros aspectos, ya que durante el proceso de destete a la yegua se le presta menos atención, pues es el potro el que está en el punto de mira y si las cosas se han estado haciendo bien y la madre no es primeriza, esta suele tomarse este cambio con más calma.

Como en todo, hay fórmulas muy personales e incluso algunos ganaderos hacen un destete natural, pero yo voy hablar del estándar que es el promedio que mejor refleja algo muy individual.

Digamos que el destete de un potro normal y sano suele realizarse hacia los 6 meses de edad, bien de forma progresiva o dramáticamente. Un destete muy tardío presenta riesgo de sobrealimentar al potro en los periodos siguientes de su desarrollo, perjudicando el retraso en su velocidad de crecimiento. Por el contrario, si se realiza de forma muy precoz, puede ocasionar problemas en los futuros reproductores con la disminución de la fertilidad y la producción de potro pequeños, de crecimiento lento y con esqueletos poco resistentes.

El momento del destete se analiza con parámetros muy concretos, de forma que conviene retrasarlo cuando el consumo de alimento complementario es muy bajo, y adelantarlo si se observa una escasa producción de leche en la madre y este pierde o no gana peso. Otro factor es observar si el potro consume entre 3-4kg de alimento por día.

En el momento elegido, se separa el potro de la madre procurando que no se vean ni se escuchen. Hay quienes prefieren destetar de uno en uno y tenerlos en un box en oscuridad con la precaución de que no se puedan hacer daño, que sepan beber en bebedero o suministrar agua. En los primero días se disminuye el aporte de concentrado, pues el estrés hará disminuir su apetito, para volver a incorporarlo de una forma gradual, y para conseguir un consumo adecuado que permita no frenar el ritmo de crecimiento en exceso. Siempre que se realiza un cambio de alimentación, debemos hacerlo de forma progresiva, con el fin de evitar rechazos. En este sentido no debemos perderlos de vista, tanto para confirmar que se “agarran” al pienso y al heno, como para cualquier otra circunstancia que pueda suceder.

Cualquiera de estos cambios merece la pena dedicarles más tiempo por la transcendencia de los mismos en el resultado final de la crianza, por lo que os recomiendo mucha dedicación y sobre todo, paciencia.

Si de algo podemos presumir los ganaderos de caballos es de esto, de tener paciencia y saber esperar, pues el ciclo de vida de un caballo es relativamente corto para lo largo que se nos hace la gestación, el parto, el destete y todo lo que significa la crianza y la dedicación a un fin práctico donde nuestros animales puedan demostrar sus capacidades al máximo rendimiento.

BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES CONSULTADAS:

https://equinewellnessmagazine.com/common-supplements-horses/embed/#?secret=E4xHGatPtD

“Equine dietary supplements: an insight into their use and perceptions in the Irish equine industry”. J. M. D. Murray, E. Hanna & P. Hastie. Irish Veterinary Journal volume 71, Article number: 4 (2018)

“The use of nutritional supplements in dressage and eventing horses”. C. Agar, R. Gemmill, T. Hollands, and S. L. Freeman. Vet Recor Open. 2016; 3(1): e000154. Published online 2016 Feb 8.

“Nutrition: The Key to Unlocking Your Horse’s Health”. https://aaep.org/horsehealth/nutrition-key-unlocking-your-horses-health

Nutrient Requirements of Horses (2007) Sixth revised edition. Research Council of the National Academies Press, Washington, DC.

Briggs, K. (2007) Understanding Equine Nutrition:  Your guide to horsehealth care and management. The Blood-Horse, Inc. Lexington, KY.

Siobhan B. Mc Aulffe and Slovis N.M (2014) Color Atlas of Diseases and Disorders of the Foal.

Pedro Pérez de Ayala y Esquivias (1995) Nutrición y Alimentación del Caballo.

Kathee Kirsan (2007) Understanding Pedigrees.

Mary Rose Paraside (2006) Equine Neonatal Medicine.

Amy Corbett (2020) Breeding a Prospet in 2 Generations.

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Mi soledad y yo

Como cada noche me he sentado a la mesa y el primer pensamiento lo dedico a la ausencia, es decir la falta de compañía que conocemos como soledad. No resulta fácil de explicar este ahogante devenir, pero aún así lo quiero intentar. Puedes estar entre muchas personas y no estar acompañado sino en soledad.

El acompañamiento parte de una disposición para estar cerca aún sin hablar, una predisposición interior del espíritu para “arropar” al otro y no sólo en sus carencias sino también en la abundancia de ideas, de pensamientos, sentimientos y / o bienes. En definitiva es algo muy íntimamente ligado a la mente y al corazón y no al espacio físico ni al social. También se puede estar sin compañía y no sentir la soledad pues existe esa conexión interior que transciende a la distancia material.

Lo espiritual no se puede separar de uno mismo, somos una unidad funcional indivisible, psicosomática o somatopsíquica que constituye la verdadera esencia de lo ÍNTIMO, del propio YO que nos acompaña para siempre. Por esto cuando las enfermedades atacan a nuestra mente, también las sufre nuestro cuerpo y viceversa. Lógicamente las enfermedades de nuestro cuerpo amenazan también nuestro equilibrio emocional desde la mente.

Ahora bien, la peor de las soledades es esa, la de no sentir tu espiritualidad, esa cualidad vive en nuestro profundo interior y algunos la llaman conciencia y que a mi me gusta llamar alma, quizás por mi condición de creyente.

Volvemos al principio, al momento de estar uno consigo mismo y en un instante, que en mi caso coincide con dejar de hacer mis tareas, al despedir al día… Entonces sientes que llevas horas de rutina, conectado a tu automático existir, pero sin más explicación, en una infinitésima de segundo te sientes solo.

La mente es más rápida que cualquier arrasador trueno, multiplica esta ecuación por más infinito paralizando tus latidos. Ahora todo es en blanco y negro, se hace reconocible la obscuridad a tu alrededor. Un sentimiento negativo que reconocemos todos los que hemos sentido el desgarrador “disparo” de la muerte. Se resucitan exponencialmente el valor de ” las pérdidas “, haciéndote bajar al infierno, en vida, pues para visitar el peor de los infiernos no hace falta morir… solo perder el amor es similar a la muerte.

Evanescentes segundos que se hacen horas, días o la eternidad, me miro esta mano con la que escribo, con la que alimento este cuerpo y la misma que sabe curar y acariciar a mis seres queridos y a mis animales. Aprieto el puño buscando esa fuerza que como un rayo despeje el negror de las tormentas con su temerosa Luz; pero al fin y al cabo luz que rompe la noche, como el amor rompe la soledad.

Despacio, sin hacer ruido, llegan sigilosas las ideas positivas prendidas de las ánimas y con la misma naturalidad que las olas del mar rompen en la arena de playa con un suave murmullo. Despejando, impasibles, el negro fulgor de esta absurda ansiedad que alguna vez viene para recordarnos que todo lo que tenemos es prestado y pasajero, que debemos saber disfrutarlo y que la felicidad no es conseguir más cosas sino saberlas compartir, nada te llevarás de aquí. Vivir el amor es vivir la compañía del alma, hasta en la propia ausencia de quienes amas. Ellos siempre están contigo y esa es la dicha de este mundo, lo que hacemos juntos día a día se prende en la raíz de nuestras vidas.

Hoy también siento el corazón de quien me regaló la vida, como quien te hace un verso enamorado, generoso en sus rimas donde todas las palabras se alzan para unir mil aristas y mil cortes abiertos en esta cadena de orillas, gracias Mamá. De repente todos los miedos mueren como monstruos vencidos por gigantes, héroes buenos que con su cegador resplandor fulminan la soledad.

De las entrañas resucitan tus enseñanzas madre, esas que me decías sobre hacer las cosas bien, sobre marcharse agusto a los sueños, aplicando la opción de pedir perdón como la mágica parte del destino que va fortaleciendo nuestras carencias y algunos otros tesoros que tenemos poco valorados. ” Gracias por el sentimiento cristiano ”, ante esta reflexión, los temores se desvanecen y no sólo quedan sepultados en lo más hondo del sufrimiento, sino que cada día vuelve al hogar la alegría de vivir, tras haber tenido la dicha de haber conocido el amor.

¡ Quien no ha amado no ha vivido realmente !

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Vía Crucis de Mérida

Quiero compartir con vosotros esta #foto que hice el último año que pude asistir al viacrucis de #merida .

Es el Cristo de la O , cuya imagen yaciente veis aquí y que data del siglo XIV.
Me gustaría que le deis una lectura a la oración que rezamos y si os gusta la compartáis.

Postrado ante la cruz en la que has muerto y a la que yo también he condenado, solo puedo decirte que lo siento, solo puedo decirte que hoy te amo.

Y te pido perdón por mis errores.
Y te pido perdón por mis pecados.

Perdóname, señor, hoy me arrepiento.
Perdóname, mi Dios crucificado.

Yo he cargado de espinas tu cabeza cuando he vuelto la espalda a mis hermanos.
Yo he llenado tu cuerpo de tormentos cuando a algún semejante he despreciado.
Yo clavo en la Cruz tus manos y tus pies, siempre que a mis amigos yo defraudo.
Yo he colmado tu faz de sufrimiento cuando he visto injusticias y he callado.
Yo he sembrado tu alma de amargura al no ser mejor cristiano.
Yo atravieso tu pecho con la lanza siempre que espero amor y yo no amo.

¡ Perdóname, Señor… !

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Es imposible ganar ninguna guerra sin confesar el verdadero amor

Esta es la puerta de nuestra casa, desde donde parten y llegan los rutilantes pasos que me acercan al final de cada día.
Mañanear las horas, un placer inconfesable que reanudo cada vez que puedo, reteniendo las agujas del sol hasta en los días menos apetecibles…

Contemplar la primavera como un despertador de semillas y de adormecidas vidas, cruzando la agonía de la tarde al despedirse sin vencer esta larga lista de ausencias que me aplastan de melancolía.

Seguramente revivir recuerdos sea parte de nuestra liturgia al acercarnos a quienes ya no están, mientras se agita el corazón, desbocado, al comprobar que has perdido otra gota de sangre más….

Es imposible ganar ninguna guerra sin confesar el verdadero amor. Maite .

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¡Te ofrezco mi cruz!

¡ TE OFREZCO MI CRUZ !

Nunca es fácil decir adiós al separarse.

Un cegador momento hiela nuestro rostro, el frío anuda el corazón haciéndonos bajar al más profundo, oscuro y ensordecedor de los abismos… precisamente a ese rincón del infierno en la tierra lo conozco bien.

Puedes acostumbrarte al bullicioso tumulto de la gente y sentirte solo, pero a lo que no te acostumbras es al inquebrantable silencio que nos provoca el extremo dolor de la muerte.

Muchas personas nos preguntamos por una sola razón que pudiera justificar ” el martirio de tu cruz ” , buscando atenuar la quemante presión que inunda nuestro pecho. Conmovidos por las más amargas de todas las lágrimas, las lágrimas mudas de una madre.

Tu amor se ha extendido en el mundo como la amistad incondicional de quienes compartimos la vida. Solo escribo cuando algo me emociona hasta retorcer la humana naturaleza y mi alma. Por eso hoy confieso que te he visto desenclavando culpas en mis sueños, bajo la agonizante controversia de faltar la vida a quien decide sobre quienes pueden vivir o no, pero además es él quien cuida la vida de los demás. Lo que hace más incomprensible este laberinto de amor y llantos.

El negror de la muerte se impone al renaciente sol de primavera y ahora es la Cruz quien te llama y te busca, haciéndonos conscientes de nuestra pequeñísima condición humana frente a todo un Dios. El mismo que prefirió hacerse hombre para morir y salvar a la humanidad.

No hay recetas mágicas para hacer ningún duelo y mucho menos el de un hijo. Por eso cada día debemos aprender a situar la mirada un poco más alto, hasta llegar a la altura del Padre. Es como caminar a ciegas, derrepente, resulta imposible no golpearse, lo mejor es abrir las manos al frescor de los pétalos vividos. Con el firme propósito de perpetuar el milagro, efímero, de las imágenes positivas del amor. Esas que no se marchitan con la persona y son las dádivas del día a día. Cuando poco a poco debemos desandar el amargo camino de la ausencia.

No es fácil volver a aprender y escuchar el alegre murmullo de los pájaros que vienen cargados desde el cielo. Pero un buen día comprendes la verdad de esta sencilla melodía, que va y viene en el inmaculado aire de los inocentes.

Yo te ofrezco lo que tengo, silencio, recogimiento, reflexión, paz y amor. Esta es mi Cruz de oración en Semana Santana, dedicada tu alma y a la serenidad de tu fe para sobrellevar el infinito vacío de la perdida.

¡ Buena penitencia, paz y Bien #amigos !

.No hacen falta Iglesias, ni pasos en precesión por las calles para sentir la pasión de la #SemanaSanta . #viacrucis #merida .

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La alimentación del caballo desde el punto de vista del ganadero

Proporcionar una buena nutrición a los caballos depende de múltiples factores, en todo caso, con este artículo me dispongo a plantear algunas consideraciones generales, desde el punto de vista de mi experiencia como ganadero.

En este sentido, la referencia primordial será proteger la salud de nuestros ejemplares, para lo cual también resultarán imprescindibles las aportaciones técnicas de nuestro veterinario.

Arrancando de esta idea, el principal objetivo que nos ocupa con esta publicación es contribuir a mejorar nuestros conocimientos sobre el manejo alimenticio de los caballos. Seguro que entre todos podremos poner en valor esta magnífica área de la cultura ecuestre, donde compartir experiencias es otra forma práctica de hacer pedagogía.

Si quieres saber más, te invito a que accedas a mi página web dedicada a mi ganadería y el mundo del caballo de pura raza española: www.spainhorses.es

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Juan Robles: cincuenta años subido a un pescante

Quien continúa siendo el mejor deportista de Enganches de la historia nacional, Juan Robles Marchena, recibió el 8 de febrero un nuevo homenaje, esta vez en la Parada Militar de Écija, con motivo de la presentación de los sementales destinados a dar servicio en 2020. El teniente coronel Juan Manuel Lopez se guardaba esta gran sorpresa, fuera del programa oficial, para todos los asistentes. Así celebramos este sencillo pero emotivo y más que merecido reconocimiento,  para un hombre que dedicó cinco décadas a competir, llegando al más alto nivel.

Con Juan Robles, en la Presentación de Sementales en Écija

Al finalizar la presentación de los sementales, López presentó a Juan Robles haciéndose un gran silencio, como si aquello no pudiera ser posible. Rápidamente empezaron los aplausos para quien volvía a la pista, haciendo las delicias del público y además en plena forma; como tantas veces lo hiciera en competición pero ahora en la que tantos años fue su casa. Volvieron a nuestras retinas y a nuestra memoria las imágenes de una vida deportiva con una impecable trayectoria así como un magnífico palmarés deportivo, donde el cochero no dejó de conseguir éxitos, con propietarios privados primero y sobre todo con Yeguada Militar, pero siempre con caballos PRE, a los que indiscutiblemente ha puesto en valor a través de competiciones internacionales por toda Europa. </p> <!–more–></p>

Juan Robles nació en enero de 1949 y desde muy pequeño ocupaba los días en las aulas del colegio donde cursaba la formación obligatoria y en las instalaciones de la Finca Cazarejo, donde su padre estaba al cargo del ganado bovino. Fue precisamente entre ovejas donde tuvo el primer vínculo con el caballo. “Me iba a trabajar con mi padre porque en la finca había caballos de Alta Escuela, de Vaquera y de Polo”. A los quince años, cuando el colegio dejaba de ser obligatorio, cerró una pequeña maleta y dijo adiós a Trebujena y hola a Jerez, donde le esperaban los caballos de Domecq, que lo acogió “como a un hijo”.
En las cocheras de Pedro Domecq de la Riva, aprendió lo necesario como lacayo y como cochero. De ello se encargó el que ha sido uno de los mejores cocheros de España, el jerezano José Mata Aparicio, mayoral de Domecq de la Riva. Eran los años 60 y 70, una época en que Mata y Robles llevaban los colores de la casa Domecq por exhibiciones y ferias de España, Portugal, Reino Unido y Austria, donde actuaron en la Escuela Española de Equitación de Viena.

No tardó mucho tiempo Blanca Domecq Zurita en contratar como jefe de cuadras al de Trebujena. Era 1975 y en esta otra casa jerezana estuvo hasta 1988, cuando pasó a formar parte del personal civil del Depósito de Sementales de Córdoba, unidad que posteriormente se traslada a Écija, donde permaneció 32 años hasta su reciente jubilación.
Además ha sabido compaginar las citas deportivas y el trabajo de doma y exhibición de enganches de Yeguada Militar con el proceso de formación de otros cocheros y caballos de ganaderías privadas en muchos puntos de España. Juan Robles además es juez de la disciplina e impulsor del formato “índoor” de la misma en España.

Pasamos una jornada inolvidable en la que tras la comida tuve la oprtunidad de hacer esta entrañable entrevista.

Juan, ¿cuántos años dedicados a la alta competición ?

Se puede decir que he dedicado treinta y dos años a la alta competición y me siento muy orgulloso de haberlo hecho siempre con caballos PRE, aunque he entrenado a otras razas pero para competir,  españoles.

¿Qué idea tiene usted sobre los concursos morfológicos de caballos PRE?

A mí me gustan los caballos buenos, por eso dejaría la belleza en un segundo plano , sin quitarle su enorme importancia para esta raza, pero creo que se pierden cualidades muy interesantes para el deporte. En los concursos se dejan atrás a caballos que funcionan. Para mí habría que premiar a los que sean funcionales y luego, de entre ellos, que gane el más bello dentro de los parámetros de la raza, así tendríamos caballos para disputar competiciones importantes de todas las modalidades. Sobre el caballo español hay puestos muchos ojos del mundo entero y se lo puedo asegurar. Desde el primer campeonato del mundo en Alemania pasando por Holanda, Bélgica, Hungría, Francia, etc, los caballos españoles llaman la atención porque “siempre dan la cara”.  No pueden quedar primeros pues vamos 15 años por detrás del resto que sí tienen este esquema de selección. Ahora en el enganche de tradición sí que somos el número uno en el mundo, en eso no pueden con nosotros.

¿Qué otros factores apunta usted para acortar distancias con los países que hoy tenemos por delante?

Para mí lo más importante es domar los caballos en sus edades propias de potros y sobre esto, escoger la disciplina donde cada uno de ellos puedan dar mejor resultado conforme a sus virtudes.

En el caso del enganche otro factor importantísimo es hacer las cosas bien, dedicándoles su tiempo. Las prisas nunca son son buenas consejeras. En mi caso disfruto de ir paso a paso, no me planteo enganchar un caballo sin un buen trabajo pie a tierra.

¿Puede contarnos algunas consideraciones generales, en la etapa de iniciación de un potro para engancharlo?

Me encanta la pregunta. La mayoría de las personas quieren ver pronto enganchado su animal, cuando los 2 ó 3 primeros meses son fundamentales para trabajar con riendas largas, familiarizando al caballo con lo que viene posteriormente. Además el caballo tiene que irse a la cuadra contento y con la sensación de que premiamos su esfuerzo. En estos momentos el caballo tiene que aprender a impulsar, utilizando los posteriores desde abajo e ir subiendo el dorso poco a poco, con facilidad. Los caballos españoles necesitan su tiempo para cuajar y sobre todo lo que yo llamo ” hacerle la cara al caballo “. Esto es un conjunto de cosas, consiste en fortalecer el dorso a riendas largas meter el pie izquierdo y el derecho, pero empujando hacia arriba con franqueza y fluidez para que a la vez amplíen el paso con elegancia y esté activo en todos los aires. Es cuestión de madurez y de trabajo.

¿ Cree usted que hay un tipo de gimnasia para conseguirlo ?

Efectivamente y cada maestrillo tiene su librillo, pero lo básico es como para cualquier deporte. Hay que hacer del caballo un atleta y esto requiere una correcta preparación. Usted sabe de esto por su profesión, tan malo es pasarse como no llegar. Es como las siete y media, hay que llegar a lo justo. Cuando falta esto es imposible obtener resultados en competición y además es malo para el caballo. Luego dicen que el caballo español se rompe y no es así, los rompemos nosotros por no adecuar su estado de forma a las exigencias que les pedimos. En esto cada raza funciona de una forma y desde el calentamiento, para cada ejercicio todo es importante. En mi caso, en estos treinta y dos años, todos los caballos los he retirado con 17, 18, 19 y hasta con 20 años, como es el caso de Fementido, por cierto hoy he sacado enganchado a un hijo suyo Nebulón V.

Si es verdad señor Robles y curiosamente viene destinado a la parada de Badajoz.

¿ Cómo elige usted los caballos?

Yo siempre he preferido los más grandes, para mi la fuerza es una cualidad muy importante para el enganche pero también considero que deben ser elásticos y elegantes. Creo que hay que tener varios tipos, el “caballo-gasolina“ para la competición deportiva y el “caballo-gasoil” para el de paseo. Este concepto es muy amplio pero funciona, el de gasoil es más fácil de domar, el de gasolina hay que ir más despacio pero cuando lo tienes si le pides un esfuerzo extra, te lo da. Sobre este particular, los españoles tienen una virtud adicional frente a otras razas y para mí no deja de ser algo extraordinario. Es su respuesta ante la fatiga, un PRE aún estando cansado si le pides un esfuerzo más, no se lo guarda y te lo da; lo llamas tres veces y tres veces va aunque caiga de cabeza. Recuerdo una anécdota en el año 95 que competíamos en Monteenmedio. Uno de mis caballos al ir a un cañizo, se hizo un siete al rozarlo y la herida aunque superficial, no nos permitiría seguir en competición al día siguiente. El veterinario me dijo que si le poníamos anestesia no podría correr por el control de dopaje y con la herida abierta tampoco. La única opción era coser la piel en vivo y así lo hicimos sin rechistar. No se movió y esto solo lo hacen los caballos de buen corazón, los españoles son una raza que aguantan y aguantan al ser muy sufridos algo que también hay saber medir en el trabajo.

¿Recuerda usted el nombre del caballo ?

No podría olvidarlo, para mi era muy importante la competición pero también la salud del caballo. Pudimos alcanzar el éxito gracias a Relámpago un ejemplar del hierro de Lovera que para siempre estará en mi recuerdo.

Las personas nos equivocamos pero ¿se equivocan los caballos?

Los caballos se pueden equivocar pero mucho menos que las personas pues tienen una memoria privilegiada. Lo que sí puedo asegurarle es que además los PRE se equivocan mucho menos. El caballo es como tu compañera que debes tratarla bien para que ella te trate bien. Es como un amigo que si tú lo tratas bien la amistad perdura y él también te devuelve ese mismo trato. Bajo esto tratar bien a un caballo es hacerlo con respeto, con cariño y con buen manejo… entonces es cuando te lo da todo. Pero si lo tratas de mala manera te dice “ por ahí no entro y ya lo tienes a la contra. ” Con los caballos” se consigue más por las buenas que por las malas.

¿Qué consejo le da usted a los jóvenes cocheros ?

Es muy difícil aconsejar pero hay algunas cosas que se desprenden de la propia entrevista.

Una que tomen su tiempo para enseñar, educar y entrenar a un caballo.

Dos no se debe precipitar la especialización de un potro.

Tres que siempre hay un método eficaz para hacer las cosas y que este tiene mucho que ver con el buen trato pero además que dediquen tiempo a formarse ellos mismos. En mi caso he buscado a los mejores y por citar a alguno de ellos, durante cinco años hice cursos con Félix Brasseur, pero cada cual tiene que mirar lo que tenga a su mano y lo que necesite para creer.

Para ir terminando dígame un caballo especial para usted.

Me quedo con Apetecido de Fernández Daza y no solo por ser grande, profundo de pecho y buenos suelos, sino por ser el más inteligente de todos los que he tenido. Lo he sacado con siete caballos a la cuarta, sin guarnición y nada más que con las riendas. Lo paraba en la feria y no se movía. Él venía a mí y no tenía que bregar nada para cogerlo. Con ese caballo corrí mis primeros juegos ecuestres en Holanda en 1994 era una gran “máquina”. Podéis sentiros muy orgullosos en la Asociacion Extremeña de Criadores de Caballos PRE.

Nos hace usted un gran honor a todos nosotros y particularmente a mí que conocí a un hermano propio es este PRE. Lo tenía un gran amigo mío y excelente veterinario Don Félix Mendoza Sanzano, con lo que me hago una idea del que me describe.

Juan he disfrutado muchísimo con usted, al volver a verlo como cochero pero francamente en la distancia corta se hace aún más grande. Ahora que no nos escucha nadie.

¿A quién dedica usted lo que ha conseguido ?

Sin dudarlo un instante responde:

¡A mí Juani, mi mujer y a mis tres hijos que me han permitido estar tantas horas y tantos días fuera de casa, para entrenar además de competir! La vida de la alta competición exige muchísimo y yo he competido todo el año, en invierno y en verano,  fuera y dentro de España. Lo más importante ha sido esta gran generosidad y que cuando he vuelto a casa todos estaban esperándome.

Muchas gracias por esta entrevista y por su amabilidad Juan, en Extremadura tiene las puertas abiertas.

Fernando Molina Alén, Vicepresidente de la Asociación Extremeña de Criadores de Caballos PRE

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